22/10/15.- Para nadie es un secreto que actualmente hay una crisis con respecto al abastecimiento de agua en Los Teques, que empeoró en el segundo trimestre del año y ya en el décimo mes, causó varias protestas en diversas comunidades y malestares de diferente índole en algunos sectores de la ciudad.

Actualmente, la distribución del vital líquido en toda la ciudad sigue a cargo de dos diques: Agua Fría y La Mariposa. El primero, que data de 1944, está 12 metros por debajo de su nivel normal en la actualidad, producto de las pocas lluvias que se presentan en la zona, situación que lleva más de dos meses, destacaron trabajadores de Hidrocapital.

Si no cae lluvia en las cinco nacientes que surten al dique (río Macarao y las quebradas Agua Fría, La Mona, Hierba Buena y La Negra), que está situado a 1.720 metros sobre el nivel del mar y tiene una capacidad de almacenamiento de 5.800.000 metros cúbicos de agua, no se refleja en el embalse.

Por esto, se debe regular la distribución de agua en los diversos sectores que conforman Los Teques, dentro de los que se encuentran Palo Alto, Santa Eulalia, El Encanto, Los Lagos, Lagunetica, los kilómetros altos de la carretera Panamericana, llegando hasta Variantes de Guayas.

Los expertos de la empresa hidrográfica expresaron que desde hace 20 años no se vio una crisis como la actual, que es atribuida por algunos expertos en ecología a la proliferación de mayor cantidad de viviendas para albergar a la pujante y creciente población que se encuentra en la capital mirandina, malestar que se extiende a diversos puntos del territorio nacional.

Por su parte, el dique de La Mariposa, construido en 1949, tiene un mayor alcance territorial, se encuentra en un estado de contaminación fatal debido a la mala conciencia de algunos habitantes del estado Miranda y del Distrito Capital; además, “está repleto de bórax y plagado de plantas enredaderas, lo cual lo hace parecer gran esponja”, destacó Luis Nexans, ecologista mirandino.

Por ende, se requiere de un esfuerzo mayor para hacerle el debido tratamiento y que llegue potable a las casas altomirandinas, ya que se invierte más tiempo y dinero en el procesamiento del vital líquido, para filtrarla y procesarla mejor, lo cual sugiere un mayor uso de cloro para abolir los contaminantes.

“No sería lo mismo que si se tuviera un dique más cuidado y custodiado por autoridades, pues se le harían los drenajes correspondientes y se evitarían las materias nitrogenadas producto de algas y materia en descomposición que contamina el agua”, especificó.

El guardián de los manantiales

Aludió que en el caso de Agua Fría, en acción otro factor: la deforestación. A pesar del resguardo por parte de la Guardia Nacional y personal del Instituto Nacional de Parques (Inparques), se registran varios casos de tala de árboles, que afectan directamente el nivel del dique, pues la vegetación, con su gran sombra, mantiene la humedad del suelo y crea una capa protectora para que los rayos del sol no evaporen el agua empozada en la represa. “El gran guardián de los manantiales es el árbol”, señaló.

Sostuvo que existen algunos agricultores que viven y trabajan cerca que se surten a través de tomas de agua ilegales, las cuales desfavorecen la preservación de los niveles naturales de Agua Fría. “Si a todo esto se le suma el efecto invernadero, se agrava la situación”.

La sequía de mayo

La comunidad de Guaicaipuro se mantuvo alarmada durante todo mayo, cuando aún persistía la sequía que afectó cultivos y diques de todo el país, debido a que Agua Fría estaba nueve metros por debajo del nivel normal.

En ese entonces, personal de Hidrocapital informó que la situación se debió a la aridez –la cual desató múltiples incendios forestales en el Parque Nacional Macarao- y que para esas fechas era normal que el nivel del agua disminuyera. Tal y como lo previeron, a mediados de junio, la altura del reservorio aumentó, pero solo unos cuatro metros, y los inconvenientes por el vital líquido se redujeron por un mes.

Trabajo ecológico mancomunado

Cabe resaltar que Los Teques es una cuenca hidrográfica y está llena de ríos y manantiales naturales en toda su extensión, los cuales están contaminados por los desperdicios que produce la cantidad de población nueva. Por ello, es imprescindible que los órganos gubernamentales ejecuten planes para sanear estas afluentes.

La población debe abolir sus costumbres destructivas y preservar la naturaleza, lo cual si se trabaja de manera oportuna, se puede lograr a largo plazo.

Ante esta realidad, Hidrocapital instaló en mayo de 2013 un motor y bomba en Agua Fría, con el propósito de mejorar el envío a la planta potabilizadora de Los Teques, que es de 200 litros por segundo. gf

Por: Paul León/Foto: Alejandra Ávila