En las escaleras Santa Bárbara, en el sector Queniquea de La Matica, quedó el cuerpo sin vida de Simón Alfonso Castillo (19), luego de recibir un escopetazo en la cara
Amy Torres. “¡Yo presentía que algo malo iba a pasar¡, ¡le dije que no debía andar por ahí, se lo dije!”, eran las palabras que repetía la esposa de Simón Alfonso Castillo (19), cuyo cadáver yacía en medio de un charco de sangre en la escalera Santa Bárbara, sector Queniquea, en La Matica.
La mujer contó que tres sujetos fuertemente armados la apuntaron a ella y al joven, pero en medio de la desesperación ella cayó junto a su pequeño hijo, quien recibió un fuerte golpe en la cabeza, lo que impidió que fueran alcanzado por los delincuentes, que no lo pensaron dos veces y le propinaron un escopetazo en la cara a Simón.
Vecinos aseguraron que se trata de los mismos gatillos alegres que lucían capuchas y corrían a sus anchas la tarde y noche del sábado, accionando sus armas durante más de 20 minutos, lo que generó nerviosismo. “Ya ni para la bodega mando a mi hijo. Será para que me lo maten”, dijo uno de ellos.
Al lugar acudieron efectivos de Poliguaicaipuro, quienes resguardaron la escena del crimen y emprendieron la búsqueda de los asesinos. Efectivos del Eje contra Homicidios de la policía científica realizaron la recolección de las evidencias a fin de esclarecer el dantesco crimen./AT/sa/Foto: Félix Laucho