Juan Vicente Gómez, quien gobernó tiránicamente al país desde 1908 hasta 1935, año de su muerte, se meterá en la historia venezolana a partir de 1899, cuando, al lado de Cipriano Castro, emprende el largo camino, formando parte de la Revolución Restauradora, que lo llevará a disfrutar el poder, primero como vicepresidente de la república y luego, a partir del 19 de diciembre de 1908, cuando derroca a su compadre Cipriano Castro, quien había salido del país a realizarse en Alemania una intervención quirúrgica, se convierte en el hombre fuerte de la nación, gobernando con mano de hierro, léase despóticamente ,hasta el día de su muerte en Maracay ,el 17 de diciembre de 1935.
Durante su larga gestión, el gobierno de Gómez se caracterizó por mantener a la sociedad venezolana apartada de los logros que se habían alcanzado en otras latitudes, por las persecuciones y muertes a los que se oponían a lo que él encanaba como gobernante. A las cárceles fueron a dar los opositores a su régimen tiránico, encontrando allí la muerte muchos de ellos. Brillantes hombres de pensamiento perecieron en los negros calabozos de prisiones como La Rotunda, El Castillo de Puerto Cabello, Las tres torres. Una clara descripción de lo que vivieron los que hasta esas mazmorras eran llevados, se encuentra en la obra Memorias de un venezolano de la decadencia, escrita por el intelectual José Rafael Pocaterra, a quien la policía del régimen, al detenerlo, le aplicó bárbaras torturas.
Los que no eran llevados a los calabozos, tenían que buscar refugio en otras naciones.
SE SUBLEVARON HACE 90 AÑOS CONTRA GÓMEZ
El día 5 de mayo de 1929, al concluir las fiestas patronales en honor a la Santísima Cruz, patrona de Guatire, en el centro de la población se oyen detonaciones, los habitantes del sector creyeron que se trataba de algo relacionado con las festividades. Nada de eso. Comenzaba a marchar, de acuerdo a lo planificado por el general Norberto Borges, una acción armada contra la dictadura de Juan Vicente Gómez. La coordinación de la misma se realizaría desde la población de Ocumare del Tuy.
La operación, tal como estaba organizada no se llevó a feliz término, siendo Guatire, no se sabe si por falta de comunicación, el único pueblo de los comprometidos, que cumplió con lo pautado.
Los comprometidos toman la jefatura civil. En el enfrentamiento muere el jefe civil Luis R. Ostos, amigo del general Juan Vicente Gómez. En la violenta acción participaron Juan Francisco Pacheco, Eugenio Muñoz, Sebastián Blanco Sosa, Félix Mijares, Néstor Silva, Gregorio Suárez, Natividad Rojas, Miguel y Simón González, Luis y Mario Monrroy, los hermanos Fernández, Asunción Zurita, Simón Berroterán, Obdulio Gil, Andrés Pacheco Anderson, Ramón Dorta, Adón y Marcos Yánez, Jesús María Villa Verde, Vicente Carranza, Rosalio Aponte, Francisco Salazar, Raimundo Toro, Néstor Silva. Al fracasar la acción, a los comprometidos no les quedó otra salida que huir a las montañas vecinas, siendo atrapados por las fuerzas gubernamentales, encarcelados en La Rotunda y lanzados a los calabozos conocidos como El silencio y El olvido, de donde se salía directo para el cementerio
RETARON A LA DICTADURA Y COLOCARON LA ESTATUA
Para el año de 1930, el gobierno despótico, alimentado por conocidos intelectuales venezolanos, organiza el programa a regir nacionalmente con motivo de la conmemoración del primer centenario de la muerte de Simón Bolívar, donde, entre otras cosas se contemplaba colocar en las principales poblaciones del país, bustos y estatuas del Libertador. La excepción fue Guatire. El tirano le negó los recursos a la capital del distrito Zamora para la consecución del monumento respectivo, ello, como venganza por la acción armada escenificada el 5 de mayo de 1929. Los guatireños, retando a la dictadura, constituyeron una Junta, la cual tuvo como misión cumplir con los homenajes que debían rendírseles al Libertador con motivo de los 100 años de su fallecimiento en la quinta San Pedro Alejandrino, Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830.
La Junta Conmemorativa, la cual se fijó como meta la construcción de una plaza, la cual fue bautizada con el nombre de 24 de Julio, la colocación en el centro de la misma de una estatua pedestre de Simón Bolívar y la edificación de un hospital con el nombre de Santa Marta, entre otros asuntos, estuvo formada por el Dr. Ramón Alfonzo Blanco, Presidente; Pbro. Jacinto Soto, Vicepresidente; Manuel Hernández Suárez, Secretario; Elías Centeno, Tesorero; Antero Muñoz, Subsecretario; Régulo Rico y Pablo Antero Muñoz, Subsecretarios.
Las vocalías las llenaron Pedro A. Gutiérrez, Estanislao García, hijo, Ramón Palacios, Dr. Manuel A. García, Feliciano González, Rodolfo A. Ascanio, Leopoldo Bertrand, Luis Felipe Graterol, Julio Tomás Toro, Antonio M. Ortega, Hilario Delgado, Juan Olivo, Alciro R. García, Eliseo Hernández, Ángel Alliegro, Francisco Rivero, Ignacio A. Prieto.
DERRIBARON LA ESTATUA DE UN HIJO DE GÓMEZ
Al conocerse en Guatire la muerte de Juan Vicente Gómez, el 17 de diciembre de 1935, eufóricos hijos de Santa Cruz de Pacairigua, salieron a las calles y, al llegar al lugar, cerca de las Cuatro Esquinas, en la calle Bermúdez, donde se encontraba el monumento elevado a Alí Gómez, hijo del dictador, procedieron a derribarlo, utilizando un camión conducido por Quintín Vicente González y un grueso mecate donado por Luis Felipe Muñoz. El pesado vaciado de bronce, como señala Guido Acuña, fue arrastrado por las céntricas calles de la población. Asimismo, desde aquel instante, el de la desaparición de Juan Vicente Gómez, la calle que se conocía como 19 de diciembre, fecha cuando Gómez asume el poder absoluto, será rebautizada como 9 de diciembre.
Jesús María Sánchez.
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