1. Ayuda a combatir el estreñimiento debido a que su consumo estimula el movimiento intestinal y, además, contiene fibra. Así que es recomendable consumirla al natural, en jugo o como parte de una ensalada.
2. Previene complicaciones digestivas, porque colabora con un buen tránsito intestinal. Para ello, la Organización Mundial de la Salud recomienda tomar 30 gramos de lechosa, o cualquier otra fibra, al día.
3. Elimina parásitos intestinales ya que sus semillas tienen alto contenido de enzimas proteolíticas y una alcaloide llamado carpaina que es eficaz para acabar con los gusanos de los parásitos intestinales.
4. Posee un alto contenido de vitamina C, al igual que la mayoría de las frutas tropicales. En cada 100 gramos de lechosa hay aproximadamente 80 miligramos de este nutriente esencial.
5. Brinda cuidado para la piel, porque es una gran fuente de antioxidantes y beta-caroteno, que protege la piel de los radicales libres, que provocan daño celular y envejecimiento muscular.
6. Es buena para los ojos por los carotenoides de luteína y de zeaxantina que pueden proteger la vista y contrarrestar las cataratas y otras enfermedades oculares.
7. Mejora el flujo sanguíneo y disminuye la oxidación del colesterol en las arterias por su contenido de vitamina C, vitamina E, beta-caroteno y licopeno.
8. Es cicatrizante e ideal para tratar disminuir el pus y combatir inflamaciones, callos, verrugas, granos y un sinfín de enfermedades cutáneas.
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