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Diversas problemáticas aquejan a los vendedores de frutas y hortalizas

Pasillo Mercado El Paso

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La baja clientela y el transporte de los productos se convirtieron en un reto

ANELIM GONZÁLEZ

Salir a hacer el mercado para llevar la comida a la casa, llenar el carrito de las compras o la cesta con frutas y verduras siempre ha sido uno de los mayores placeres de cualquier jefe de hogar, sin embargo, la frecuencia con la que se hacían las compras ha disminuido considerablemente por factores externos a nuestra voluntad.

En el mercado de El Paso, son muchos los locales los que, desafortunadamente, se han visto afectados por la pandemia. Algunos teniendo que cambiar de rubro por las nuevas necesidades que reinan en la ciudadanía y otros simplemente cerrando sus puertas. La compra y venta de flores, así como también de plantas medicinales se ha visto opacada por la necesidad de comprar otros productos como harina, queso, carne, hortalizas y legumbres. No obstante, uno de los principales problemas que enfrenta el mercado desde el inicio de la cuarentena es la poca afluencia de clientes en el lugar.

Conforme a lo expresado por trabajadores del recinto, el número de compradores ha aminorado en al menos un 50%. Dado al poco transporte de la zona, se dificulta la movilización para llegar, ocasionando que las personas que no viven cerca, lo visiten esporádicamente.      

De igual forma, el transporte de diversos productos cuenta con sus propios inconvenientes, principalmente el trasladarlos desde otras localidades que no formen parte de nuestro municipio o, en su defecto, de sus adyacencias. 

A diferencia de otros puestos, cuyo negocio es la venta de harinas de maíz, trigo, cereales y productos de higiene personal como de hogar, los locales de frutas, verduras y hortalizas se encuentran con el obstáculo de poder recibir la mercancía a tiempo, pues la gasolina y las distintas alcabalas han resultado ser un impedimento para la entrega de dichos productos ya que, al retrasar los camiones, la calidad puede salir perjudicada.

Muchos de los proveedores traen las frutas y las verduras de Laguneta de la Montaña, El Jarillo, San Pedro y Mataruca, aunque anteriormente la mercancía era transportada desde el mercado general de Coche.

Los productos han sufrido un incremento en el costo puesto que, los proveedores adjuntan en el precio los insumos en su mayoría provenientes de Colombia, el uso de los insecticidas, el abono, la compra de las semillas y, por supuesto, la mano de obra. Los compradores esperan que el costo valga la pena en cuanto a calidad.

Los vendedores manifiestan que es muy poco lo que se le llega a ganar a los productos porque se debe sacar el costo de la bolsa plástica donde se mantiene la mercancía más el 10% que se deja al dueño del punto de venta. Además, hablan acerca de cómo la oferta y demanda del rubro es poco beneficiosa para ellos.

El sueldo mínimo dificulta la tarea de comprar, en vista de que, los precios van aumentando. Un kilo de semillas de cilantro puede llegar a costar por sobre los Bs. 9.000.000, el kilo de ajo en Bs. 1.300.000, menos del kilo de cebollín en Bs. 400.000 y el kilo de ají en Bs. 1.300.000.  

Los vendedores, a pesar de estos problemas, buscan la manera de vender y ofertar sus productos de la mejor manera. Fotografía: Yuliettsha Molina

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