En las páginas de la obra Cultura de Venezuela (Apuntaciones sobre la evolución de la cultura desde la Conquista), escrita por Adolfo Dollero, editada en la Tipografía Americana en 1933, encontramos interesantes informaciones acerca de aspectos de Los Teques cuando corría ese año, tales como los efectos milagrosos del sol de la urbe en las afecciones respiratorias, los intelectuales aquí residenciados y el estado de la instrucción pública.
En esta nota, con la ayuda del autor ya citado, bucearé en lo referente al estado de la enseñanza para aquel momento, cuando los destinos del país estaban en manos de Juan Vicente Gómez y los del estado en las del coronel Evencio Luque, hijo del general José Rafael Luque, quien había ocupado el cargo de presidente del estado Miranda, al ser mudada la capital desde Ocumare del Tuy hacia Los Teques.
Por cierto, así lo plasma el historiador Ildefonso Leal en sus estudios sobre la evolución histórico-social de Los Teques, el general José Rafael Luque se encargó de la construcción de obras que todavía se mantienen en pie, a pesar de la acción destructiva de un urbanismo mal entendido.
En sus apuntaciones, Dollero plasma que en la población se encontraban residenciados destacados ciudadanos, conocidos por sus trabajos en el campo de las ciencias, las artes, la jurisprudencia, la historia y la cultura, entre ellos el doctor Francisco Mendoza, el doctor Julio Rosales y Andrés Pacheco Miranda.
El autor revela, al referirse a este último historiador, que se encontraba preparando el Diccionario biográfico e histórico del estado Miranda.
Instituciones emblemáticas
En el escenario educativo, menciona la extraordinaria labor del Liceo San José y la labor pedagógica de su fundador, José de Jesús Arocha. Esta institución había sido fundada en Caracas y trasladada a Los Teques en 1912.
Asimismo, señala la labor desarrollada por el Colegio María Auxiliadora, dedicado a abrirles caminos a niñas tequeñas y caraqueñas. Esta escuela, fundada en octubre de 1932, bajo la mirada de monjas salesianas, la dirigió en sus inicios sor Dolores Ruiz.
Para 1928, las familias tequeñas podían enviar a sus hijas al instituto San José de Tarbes, dirigido por la madre Rosalía.
Adolfo Dollero se detiene a observar el trabajo desarrollado en el campo de la educación que para ese año venían cumpliendo escuelas como Guaicaipuro, para varones, y la Jesús María Sifontes.
La Guaicaipuro se encontraba bajo la batuta del recordado educador Diego R. Mejías, y la Sifontes la conducía la conocida pedagoga Cecilia Núñez Sucre.
Estas dos figuras de la educación venezolana cumplieron admirable actuación en Los Teques. La institución donde se desempeñó Núñez Sucre como guía de primera fue creada el 18 de diciembre de 1916, donde también dejaron profundas huellas como directoras, Anita Espinal y María Teresa de Nesser .
En trabajo redactado por el doctor Manuel Henríquez Ledesma, publicado en Los Teques. Testimonios para su historia, se plasma que la quinta Florida, situada en la calle Roscio, fue sede de los colegios María Auxiliadora, del liceo Miranda y de la Escuela Normal Eulalia Buroz.
Esa residencia ya no existe. En su lugar se instaló una empresa fabricante de refrescos y, en los actuales momentos, es sede de un estacionamiento.
Defensora de los derechos humanos
Les dejaré a continuación una breve pincelada sobre Cecilia Núñez Sucre, homenaje al primer centenario de la creación de la escuela Jesús María Sifontes, centro educativo donde ella dejó ejemplos a seguir.
Los datos que ustedes leerán se localizan en el Diccionario de historia, editado por la Fundación Polar, de acuerdo con nota redactada por Mireya Sosa de León, donde entre otras cosas se dice que Cecilia Núñez Sucre nació el 13 de agosto de 1883 en Maturín y murió en Caracas el 23 de diciembre de 1969.
Se desempeñó como educadora y política. Ocupó el cargo de senadora, siendo la primera mujer electa para ese puesto. Se graduó de maestra en 1916, ejerciendo su magisterio en su ciudad natal.
Es de señalar que Núñez Sucre fue opositora al régimen de Juan Vicente Gómez, participando, al lado de los estudiantes universitarios, en las históricas protestas de 1928.
Su labor como defensora de los derechos humanos y políticos del venezolano la llevó a brindarles ayuda a los presos que se encontraban en la cárcel de La Rotunda.
Cumplió sus responsabilidades educativas encontrándose en Caracas, en la escuela Elías Toro de El Valle y en la Escuela Normal de Mujeres.
Civilizadora del siglo XX
Por sus actividades políticas fue expulsada del país en 1937, para luego residenciarse en Santiago de Chile y regresar en 1941, uniéndose a la legión de luchadores por hacer realidad la vida democrática, apareciendo como fundadora del partido Acción Democrática.
Por sus méritos alcanzados en el mundo ciudadano, político, intelectual y político, fue electa diputada a la Asamblea Constituyente, tocándole firmar la Constitución de 1947 y fue senadora en 1948, en ambas oportunidades en representación del estado Monagas.
Al ser derrocado el presidente Rómulo Gallegos, Cecilia Núñez viaja a los Estados Unidos y a España. Es de resaltar, en la vida de esta ilustre, su destacada posición a favor del voto femenino y hacia la igualdad de la mujer.
Esta espigada preceptora, civilizadora del siglo XX venezolano, estuvo al frente de los destinos de la escuela Jesús María Sifontes de Los Teques, contribuyendo a regar luces y a la formación de jóvenes, como también lo hicieron Temístocles León, María Teresa de Nesser.
Asimismo, Marcos Matute, Clodomiro León, Felipa Lorca, Ana Luisa Rondón, Diego Renato Mejías, Lesbia Fortoul, María Luisa de Casado, Gregoria Mejías, Josefina de Izquierdo, Haroldo Suárez, Anita Espinal, José Ángel Mendoza, José Antonio Rodríguez López, Rafael Ortuño, los hermanos Prado, Consuelo Navarro, José Manuel Deseda, Nelly Monroy, entre otros elevados catedráticos.JMS/ac