El taponero criollo es líder en salvados de las mayores con 13 sin permitir carreras en 16 entradas
Francisco Rodríguez nunca les dijo adiós a los Cerveceros. Ni siquiera se despidió luego de que fuera enviado a los Orioles el 23 de julio del año pasado. “Cuando me fui, recuerdo que les dije que nos veríamos pronto”, manifestó el criollo. El manager Ron Roenicke y el gerente general Doug Melvin le dejaron en claro a Rodríguez cuando lo canjearon que era una decisión de negocios. Los Cerveceros estaban en medio de una decepcionante temporada y Baltimore estaba en plena lucha por un cupo en la postemporada.
“Me sugirieron que los tuviera en cuenta en la temporada muerta, que querían que yo regresara y que el cambio no era nada personal”, manifestó “El Kid”. “Así lo hice”.
Milwaukee debe estar agradecido. Rodríguez no sólo regresó, firmando por un año y US$3.25 millones en la primera semana de febrero, sino también surgió como el cerrador del equipo en el Día Inaugural, para sorpresa de todos. El derecho de 32 años no les ha dado a los Cerveceros motivos para arrepentirse de la decisión. Milwaukee ha igualado el récord del mejor comienzo en la franquicia, llegando al jueves marca de 20-8.
Rodríguez ha lanzado 16 entradas en blanco, concediendo solamente siete imparables, otorgando cuatro bases por bolas y recetando 23 ponches. Ha conseguido 13 salvados en igual número de oportunidades e igualó el récord de Grandes Ligas antes del 1º de mayo.
Ni Rodríguez ni los Cerveceros tienen nada que lamentarse. Las cosas han salido mejor que todos en Milwaukee, incluyendo el mismo Rodríguez, anticipaban. El caraqueño ha vuelto a ser cerrador, papel en el encabezó la Liga Americana en salvamentos en tres ocasiones del 2005 al 2008 por los Angelinos, registrando 194 en total, incluyendo 62 en el 2008. Tener a Rodríguez en dicho rol no era el plan original de Milwaukee. Eso fue parte del motivo por el que el venezolano no renovó con el club sino hasta poco antes de los Entrenamientos de Primavera.
Sin embargo, los Cerveceros querían que Rodríguez probara el mercado a ver si encontraba la oportunidad de ser cerrador en otra parte, porque su plan era emplearlo como preparador de mesa de Jim Henderson o sellando victorias cuando Henderson necesitara un descanso.
Pero una oferta como taponero nunca llegó. “Recibí dos o tres ofertas antes de los Cerveceros, pero le indiqué a mi agente que esperara para ver qué decidía hacer Milwaukee”, explicó Rodríguez. “Apenas nos llegó la oferta de ellos, les dije que la aceptáramos porque era donde quería estar”.
Existía un nivel de comodidad para Rodríguez. Conocía a Roenicke desde sus días en Anaheim, cuando Roenicke era uno de los coaches. Y Roenicke era “bastante honesto” en Milwaukee, donde Rodríguez fue el preparador de John Axford en 2012 y luego de Henderson en 2013. “Tuve una buena relación con los coaches, la gente del clubhouse, los jugadores, todos en Milwaukee”, dijo Rodríguez. “La gente en Milwaukee me hizo sentir muy especial, así que fue una decisión fácil aceptar la oferta”.
Así fue que en la parte alta de la novena entrada del primer encuentro y con los Cerveceros con una ventaja por 2-0 sobre los Bravos, la puerta del bullpen de Milwaukee se abrió y Rodríguez caminó hacia la lomita, para sorpresa de casi todos excepto Roenicke y su cuerpo de coaches.