Cuatro funcionarios cuentan experiencias y anécdotas en sus carreras

ARTURO TOVAR

A propósito de la celebración del Día del Policía este 16 de julio, cuatro funcionarios comparten con el diario Avance  sus vivencias, experiencias y anécdotas a lo largo de su carrera

Carlos Andrade, director de la Mancomunidad de los Altos Mirandinos, señala que la mayoría efectivos suele priorizar su labor por encima de sus vidas personales.

“Lo más fuerte es desprenderse de la familia, pasamos poco tiempo con nuestros seres queridos, pero lo hacemos por ayudar a las personas y buscamos crear una unión perfecta entre las comunidades y los cuerpos de seguridad a través de la concientización. Queremos generar confianza”, añade.

Recuerda que entre los momentos más difíciles en su carrera fue cuando estuvo al frente de la investigación del homicidio de “dos jóvenes de descendencia portuguesa de la parroquia San Pedro. Ellos eran muchachos de bien, estudiados y profesionales ambos. Se vieron envueltos en una problemática por un vehículo y fueron asesinados en un Corsa en Club Hípico. Me afectó bastante por la cercanía que desarrollamos con sus familiares”.

La labor en tiempos de pandemia

Wilfredo Hernández, director de Poliguaicaipuro menciona que el trabajo durante la pandemia ha representado un reto trascendental para los organismos.

“El trabajo policial nunca ha sido sencillo, pero salir a las calles en medio de la emergencia sanitaria por el Covid-19 fue algo totalmente diferente para todos los sectores de la sociedad, pero en especial para los policías, ya que por la naturaleza de nuestro trabajo debemos tener una cercanía diferente con la gente lo que nos ha expuesto a muchos más riesgos durante nuestra labor”.

Se refiere al orgullo que siente por ser un hijo de Poliguaicaipuro, “llevo 18 años trabajando en la institución en diferentes comisiones y frentes. Haberme formado acá e ir escalando hasta llegar a ser el director para mi tiene un valor especial, espero siempre trabajar por la paz de mi gente”.

Sin perder el norte

Rogelio Tábata, director de Policarrizal, habla acerca del papel fundamental que juegan los familiares en la vida del policía.

“Nuestra familia no sabe nunca a que hora llegaremos a casa y si llegaremos, nosotros nos perdemos cumpleaños, 24 de diciembre, fin de año y demás fechas especiales. Nuestros seres queridos saben que es parte de nuestra rutina y así lo aceptan y nos brindan el apoyo necesario para salir a seguir trabajando por la seguridad”.

Recomienda a quienes nacieron con la vocación de ofrecer seguridad a los demás y desean incorporarse a la familia policial “no perder su norte, mantenerse del lado del bien con ética y ser fieles a sus valores. El placer que siente un funcionario al ayudar a otra persona ya sea resguardando su vida o recuperando objetos de valor, no tiene precio. Recientemente en la situación de secuestro que se registró en Proterito II, todos los efectivos de diferentes organismos nos unimos para dar respuesta rápida y salvaguardar a esa familia.Eso nos hizo sentir muy bien y como esa experiencia, gracias a Dios tenemos muchas”.

Los temores de la familia

El  Comisionado Agregado José Gregorio Landaez, director de Polisalias  detalla la incertidumbre a la cual se enfrentan los seres queridos de un funcionario.

“La familia de un policía siempre está temerosa de que el teléfono suene y sean malas noticias, vivir con eso no es para nada fácil. Sin embargo saben que nosotros salimos a la calle para velar por el bienestar de una colectividad que confía en nosotros y eso es gratificante. Yo en lo particular siento una gran hermandad dentro de los diferentes organismos de los Altos Mirandinos, eso nos ha permitido combatir la criminalidad unidos sin importar la jurisdicción en la que se presenten los acontecimientos, es algo que debemos luchar porque se mantenga”.

Rememora que en el año 2019 ocurrió una situación delicada en la que se vio involucrado su grupo familiar. Pensó que desencadenaría en una tragedia.

“Yo necesitaba salir con mi esposa y mi hijo para hacer unas diligencias, mi carro se accidentó y llamamos a un taxi que tampoco llegó nunca, por ello abordamos un autobús y nos dirigimos hacia Los Teques. A la altura de Los Cerritos dos sujetos sacaron armas de fuego y uno de ellos me dice directamente ‘voy por ti’ mientras me apuntaba, yo me alarmé no tanto por la amenaza, sino por la presencia de mi hijo y mi esposa”.

Cuenta que en ese momento “a mí me dio por hablar con el delincuente, claro, con cautela porque ahí estaba mi familia, cuando vi el momento propicio de defenderme lo hice y gracias a Dios salí bien librado de esa situación. Uno de los sujetos quedó abatido, otro pudo fugarse y la madre del fallecido está aún presa por la complicidad en el crimen”.

Unidos contra el hampa

Todos ellos coincidieron en señalar el valor de la unidad lograda entre los cuerpos de armas que laboran en la subregión de los Altos Mirandinos, destacando que gracias al trabajo articulado han logrado neutralizar amenazas reales en cortos periodos de tiempo.

En el último trimestre han sido desarticuladas varias bandas delictivas que operaban en diferentes comunidades de los tres municipios, además de la detección temprana de células criminales pertenecientes a bandas como las que operaban en la Cota 905 bajo la tutela de Carlos Luis Revette, alias “El Koki”.

Igualmente varios sujetos dados de baja, presuntamente vinculados al Tren de Aragua, que fueron neutralizados tras las investigaciones policiales.

“Respétalos, no los juzgues a todos por igual, para ellos vestir ese uniforme es significado de esfuerzo, valor y sacrificio”, Fermín Mármol León, criminalista y abogado venezolano.