Aunque no se tienen cifras oficiales y a un mes de cumplirse un año de su prohibición, se ha podido constatar que se sigue utilizando el cigarrillo electrónico, “práctica que va apagando la vida poco a poco”.

Para la especialista Bernice Hernández, aunque el vapeo fue prohibido en agosto del 2023, “los jóvenes lo siguen utilizando, no sabemos si es por moda, por necesidad, adicción o ignorancia”.

La profesional farmacéutico y toxicólogo, detalló que este tipo de cigarrillos son dispositivos que producen un aerosol contentivo de nicotina, saborizantes con sustancias químicas, compuestos volátil como la acetona, que dañan el sistema nervioso.

Agregó que, aunque tienen diferentes formas, todos funcionan de manera similar, que al ser utilizados se estimula la adrenalina, el sistema nervioso central, se altera la presión arterial, el ritmo respiratorio y la frecuencia cardiaca, causa daño cerebral, adicción, ansiedad, impotencia sexual, problemas para dormir y bronquitis crónica.

Al concluir, dijo que es necesario seguir trabajando en colegios, liceos y universidades para explicar las consecuencias de esta práctica.