Los dueños alegan que la compraron hace 37 años
CARMEN TERÁN
María Blanco denunció al diario Avance que el terreno que compró su papá en el Cementerio Municipal de Los Teques en 1984, le fue donado 37 años después a un abogado quien sepultó a dos muertos que son ajenos a su familia.
“Tengo los documentos de propiedad de cuándo mi papá adquirió el espacio, por lo que me parece un abuso que el regidor para el momento en el año 2020 Yurú Betancourt haya ofrecido sin consultar ese sitio para que el abogado José Guaica enterrara a su padre”, aseveró.
Detalló que ella junto con sus familiares hace 20 años mandaron al ciudadano Pedro Ríos a construir el nicho de cuatro fosas. Recientemente murió su hermana de Covid y al momento de usar la fosa se percató de la irregularidad.
En medio de su asombro buscó a Ríos que también es sepulturero y a quien conocen desde hace mucho tiempo, para pedirle una explicación del por qué había enterrado a esos dos cuerpos ahí, “cuando él sabía que mis padres estaban reposando en ese lugar. Nos parece de mal gusto que se haya prestado para esta sirvergüenzura”.
Aseguró que al increparlo se puso muy nervioso y muerto de miedo dijo “a mi me mandaron que los metiera ahí. Le respondí a mi me parecía que había plata de por medio. Ojalá que ese dinero que le dieron lo haya ahorrado un poco, porque la cerámica me la tienen vuelta un desastre y me la tiene que cambiar”.
Manifestó que más adelante notó que habían sacado a uno de los restos, “no sé para donde se los llevaron, sólo queda uno que es el papá del abogado, quien me presentó un documento de donación y una factura del material de construcción que compró.
Aseveró que logró contactar a Guaica quien le mostró un documento de donación del espacio y una factura del material que compró. Ese señor me dijo “no puedo sacar a su familiar y que tengo que esperar”.
“Pienso que el abogado tiene una confusión porque él dice que compró la cerámica, el pego para una tumba de dos fosas, cuando la mía es de cuatro, por eso creo que está equivocado, porque antes de llegar a la mía hay una del mismo color marrón canela más pequeña, pero de dos puestos”, detalló.
La denunciante enfatizó que su apoderado legal le recomendó acudir a la Sindicatura Municipal a plantear la situación para que hagan las averiguaciones pertinentes para poner la denuncia en la Fiscalía.
Advirtió que llegará hasta las últimas consecuencias “pase lo que pase. A mi y a mis hermanos no nos van a ver la cara, si es preciso mandaré a hacer pruebas de ADN para comprobar que son mis padres los que están en ese sitio”.
La denunciante afirmó que ella junto a sus hermanos religiosamente los fines de semana van a limpiar y pulir la tumba de sus padres, “por lo que no pueden decir que está en total abandono. A nosotros ya nos conocen porque siempre vamos al cementerio”.