A casi cinco meses del derrumbe el tránsito se encuentra parcialmente obstaculizado

DORIANA BORREGO

El derrumbe ocurrido a inicios de año, específicamente el 7 de enero, en la carretera nacional San Diego – San Antonio, continúa causando estragos en la zona, siendo quienes hacen vida en las cercanías y los trabajadores de las zonas comerciales dos de los grupos más afectados.

“Hoy con la lluvia cedió otro pedazo más del terreno y ya tenemos mucho tiempo con ese derrumbe que va empeorando con el pasar de los meses. Todos los que estamos a orilla de calle nos enfrentamos a las consecuencias de primera mano, ahorita está aplacado por el agua, pero normalmente hay demasiado polvo”, informó Feliber Sánchez, quien labora en uno de los comercios ubicados en el sector.

El paso por la importante arteria vial, continúa estando limitado, lo que según las declaraciones brindadas por los ciudadanos del lugar, ha reducido en gran medida la afluencia comercial, además de dificultar el mantenimiento en los establecimientos de atención al público.

“Con las precipitaciones se han aplacado los sedimentos, pero normalmente todo está sucio, los carros están llenos de polvo y también los locales en donde tenemos que estar barriendo a cada rato para mantener la higiene”, agregó Sánchez.

Indicó que a pesar de la gestión realizada por los entes respectivos, es de gran importancia que continúen las labores de recuperación para recuperar la capacidad de circulación regular, destacando la posibilidad latente de otro desplazamiento de tierras ante la llegada de las primeras lluvias de la temporada.

“El equipo de la Alcaldía ha venido a recoger la tierra que cayó en la vía y hacen inspecciones, pero en relación con los afectados no se han pronunciado, varios de los comerciantes también pertenecen a la tercera edad y todo este polvo puede afectar su salud y su medio de sustento”, dijo./at