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Entre títeres y burras pasan los días de Daniel Guevara

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Será nombrado Patrimonio Cultural Viviente de la Nación

Tradición. Es el sinónimo del nombre del reconocido cultor popular Daniel José Guevara, nacido en la Parroquia San Juan de Caracas, es el menor de diez hermanos, llegó a tierras tequeñas a los 9 años de edad. “Nunca culminé mi bachillerato, todo lo que he aprendido ha sido por mi propia cuenta, me considero autodidacta y con ello he avanzado”.

Refirió que sus inicios no fueron en el ámbito cultural sino deportivo. “De niño me entusiasmé con el atletismo, tuve un muy buen desempeño en esa disciplina representando a mis colegios”.

Más adelante se hizo conservacionista y conformó una agrupación forestal, con solo 16 años de edad. Posteriormente incursionó de nuevo en el deporte, pero esta vez en Béisbol, no como jugador sino dirigiendo equipos infantiles.

“Fundé Los Tiburoncitos de Quebrada de la Virgen y el equipo de Los Hijos de la Unión, entre tantos otros. A la par de eso fui catequista en Variantes de Guayas y Los Amarillos, definitivamente lo mío fue y es trabajar con niños y jóvenes”.

Guevara explicó que su faceta cultural estaba muy escondida, pero él la asumía como un hobby. “Decidí experimentar con la danza folclórica a mi estilo, muchos se forman en academias pero yo lo hice con lo que la vida me fue presentando. Me documentaba con libros y las actividades a las que asistía me fijaba en todos los detalles, lo que no sabía lo preguntaba, pero no me copiaba”.

Para los inicios de la década de los 80’s recibió una invitación junto a su grupo de danzas denominado Somos un futuro, para que asistieran al estado Mérida, donde Daniel llevó una burriquita que había confeccionado y causó sensación gracias a su peculiar estilo para bailar.

“En ningún momento me inspiré en el gran maestro Frank Rivas, respeto su estilo pero jamás lo copié porque en este baile tradicional impera la originalidad de cada quien, él era La Burriquita de Miranda y yo la de Los Teques”.

Formando con el corazón

Toda esta actividad lo fue fortaleciendo y comenzó a dictar talleres en distintas comunidades de cómo se elaboraban las burriquitas y la forma de bailarla. “Tengo 36 años bailando a mi burra y formando distintas generaciones para mantener viva esta tradición”.

Guevara enfatizó que su academia se caracteriza por una serie de elementos muy particulares en la decoración y un estilo de baile único, “yo por lo general brinco mucho y bailo con los brazos en alto, mis muchachos siguen esa misma onda”.

Expresó que lo más bonito de su labor es contar con el apoyo de las comunidades y del grupo familiar de cada uno de los integrantes de su taller. Tácata, Paracotos, Altagracia de la Montaña y buena parte de Los Teques se han formado en el arte de este baile tradicional de la mano de Daniel Guevara.

“Me gustan las comunidades incómodas, yo llamo así a las que carecen de actividades culturales, esos sectores populares donde puedo sembrar esta pasión, para mí en esas zonas humildes es donde más valores existen”.

Para este simpático y talentoso personaje, la cultura no tiene distingo, enfatizó que cuando se imparten clases debe hacerse con cariño. “Cuando está el interés monetario por delante no se consigue el mismo efecto, lo importante es enamorarlos de lo que están aprendiendo”.

Talento en miniatura

Durante 16 años trabajó en el boulevard Vargas como artesano. Allí conformó un plan vacacional con los hijos de todos los comerciantes que hacían vida en esa zona y hasta se hizo famoso con ello. Pero más allá de eso, lo que le dio un giro a su vida fue la elaboración de títeres, que comenzó de una forma coincidencial.

“Dios nos dio a todos la capacidad de ser creativos pero muchos la dejamos dormida en el cerebro, en una oportunidad el hijo de una vecina le pidieron un títere en el colegio y me pidieron el favor de que se los elaborara. La voz se fue corriendo entre sus compañeros y acudían a mi puesto para que les hiciera otros, yo les explicaba que lo mío era artesanía, pero fue tanta la demanda que decidí comenzar a hacerlos comercialmente, empecé vendiéndolos a Bs. 2, hoy sigo siendo reconocido como el vendedor de títeres de Los Teques”.

Sus famosos muñecos, que se iniciaron para ser utilizados en la mano se versionaron en figuras mini para utilizarlas en los dedos y eso generó un boom que le ha concedido fama, todos son con material de reciclaje. “Desde animalitos hasta los personajes de moda he creado, respetando siempre que sean lo más parecido posible a la figura real, la clientela está siempre activa, viene gente de Caracas por ellos”.

Patrimonio Nacional

El próximo 21 de octubre se llevará a cabo en Caracas el nombramiento de este baile tradicional como patrimonio de la nación, donde serán condecorados 35 bailadores de Venezuela como patrimonio viviente, entre ellos nuestro Daniel Guevara.

“La Red Nacional de Burras tiene tres años realizando un minucioso trabajo por todo el país, para preparar el material que se entregaría al Instituto Popular de Cultura con el que se postularía a La Burriquita como Patrimonio Nacional. Saldremos más de mil burriquitas desde Caño Amarillo hasta la Plaza Bolívar”.

Hizo mención que durante la actividad se entregarán también los reconocimientos post mortem, donde por supuesto figura el emblemático y recordado Frank Rivas, quién residía en Quebrada de la Virgen y cuya esposa recibirá los honores en su nombre. “Los mejores bailadores de burra en Los Teques son hijos de la comunidad de La Matica”.

Finalizando la entrevista, quiso aprovechar la oportunidad de extender un mensaje a las nuevas generaciones. “Mantengamos viva la tradición, también pido que los entes del Estado nos tiendan la mano porque sino apoyamos nuestra tradiciones le abrimos la puerta a la delincuencia, la única fuerza que puede hacerle frente a eso es el trabajo cultural, educativo, deportivo y recreacional”. Maribel Sànchez.

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