Los últimos sondeos dan ventaja con márgenes estrechos a Morales, que estaría lejos de arrasar como lo hizo desde su primer triunfo en 2006 y en dos reelecciones sucesivas en las que avasalló a sus adversarios. Un sondeo de la universidad estatal le da 32,3% al mandatario y 27% a Mesa.
Frente a esa posibilidad, Morales apuntó en el último tramo de su campaña toda su artillería para estirar la diferencia y mantener la hegemonía en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), como en sus últimos dos mandatos, lo que le valió imponer sus políticas a discreción.
Su objetivo, ha dicho en más de una ocasión, es alcanzar el 70% de los sufragios válidos en esta elección en la que están convocados unos 7,3 millones de bolivianos.
La decisión de Morales de volver a postularse es mal vista por un segmento de la población y fuertemente criticada por la oposición, que cree que si gana Bolivia va camino hacia una autocracia. El Estimulo /