Evo Morales a su llegada al Congreso para juramentarse por un tercer mandato
El presidente de Bolivia, Evo Morales, asumió este jueves un tercer mandato hasta 2020 con un importante apoyo popular y un dominio del Congreso que le permitirá acelerar su proceso de cambios, pero con el fantasma de la crisis económica exterior que amenaza a la región latinoamericana.
El gobernante boliviano (2006-2010 y 2010-2015) fue investido en una ceremonia en la sede de la Asamblea Legislativa Plurinacional en presencia de seis mandatarios, entre ellos la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, su principal socia comercial, y representantes de unos 40 países.
Morales, elegido en octubre pasado con el 61% de los votos, fue ungido previamente el miércoles como líder espiritual de los pueblos indígenas en una ceremonia mística en un centro ritual de la cultura Tiwanaku. En sus primeros nueve años de gobierno, Morales nacionalizó las riquezas naturales, entre ellas los hidrocarburos, y dio al Estado el control de las principales empresas de carácter estratégico como las telecomunicaciones o la electricidad.
Sin embargo, “ahora tendrá que gobernar en el marco de la caída del petróleo y por ello de baja de precios del gas, es decir, que tendrá que hacerlo ya no en condiciones del boom económico de los nueve años anteriores”, dijo a AFP el analista independiente Carlos Toranzo.
Fue el propio Morales el que llamó a su equipo de gobierno a demostrar su capacidad y prepararse para la crisis, a lo que su ministro de Economía, Luis Arce, respondió: “Vamos a seguir creciendo, porque los precios internacionales ayudan, pero no son una condición suficiente ni necesaria”. Con el dominio absoluto del Congreso, el gobernante tendrá autonomía para, por ejemplo, hacer reformas a la devaluada justicia boliviana o, eventualmente, modificar la Constitución y abrir la posibilidad de un cuarto mandato.
La confirmación a los temores de la debilitada oposición pareció darla el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, al afirmar que el rito del miércoles en Tiwanaku tenía “el objetivo de mostrar un liderazgo continental y anticipar un liderazgo planetario de cara a 2025”.
Sin embargo, el mandatario, de 55 años, sostuvo el lunes en rueda de prensa que “nunca había pensado de verdad ese tema” de modificar la Constitución para una posible reelección. El tercer mandato de Morales podría tener notorias variantes respecto a los dos anteriores, marcados por una posición fuertemente alineada con el denominado socialismo del siglo XXI, encarnado por la Venezuela del extinto Hugo Chávez.