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Exigen habilitar todos los accesos al Victorino

Foto 1 entradas cerradas HVS

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Maribel Sánchez

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Con una niña en brazos debió bajar de su vehículo un joven padre que el sábado 19 de octubre por la mañana tuvo una emergencia de salud con la pequeña, a quien pretendía llevar hasta la emergencia pediátrica del Hospital Victorino Santaella, en Los Teques.

Pero, ante una fuerte cola que se registraba en la avenida Bicentenario y la imposibilidad de acceder al nosocomio por la entrada vehicular ubicada frente a la subida de El Barbecho, tuvo que caminar con la convaleciente niña.

“Ese hombre estaba desesperado, la nena tenía un severo ataque de asma. Al ver que la cola no corría y que no podía entrar con el carro, porque el portón está cerrado desde hace mucho tiempo, optó por dejar a la esposa en el carro y meterse con la nena a través de un espacio improvisado por donde están los taxistas. Es una entrada de emergencia vital, tienen que habilitar todos los accesos al Victorino”, dijo a Avance un amigo del afectado.

La otra entrada principal que permanece cerrada y complica el ingreso de los transeúntes, es la que se ubica frente a la subida de la calle Alí Primera, cuyos espacios son empleados por ociosos como baño público, botadero de basura y hasta como un hotel.

Un trabajador de la zona detalló que “en las escaleras hay indigentes que duermen, hacen sus necesidades y hasta mantienen relaciones sexuales. Hace tiempo, personal del hospital limpió eso, pero como permanece inutilizado vuelven a hacer desastre”.

Amenaza latente

Partiendo de los múltiples accidentes registrados en la avenida Bicentenario, a escasos metros de la pasarela cercana a la entrada del hospital, lugareños exhortan a las autoridades estudiar la posibilidad de colocar reductores de velocidad en ambos sentidos.

“Carros, motos y camiones pasan ‘soplaos’ por aquí, sin considerar que hay personas mayores, con alguna discapacidad física o recién operados que no pueden hacer uso de la pasarela y tienen que cruzar la calle. Dicen que no ponen policías acostados porque se trata de entradas de emergencia, pero están cerradas. Ni lavan ni prestan la batea”, expresó Laura Quiñonez, vecina.

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