Ante el confinamiento los niños pueden presentar depresión y ansiedad
ILDER MAESTRE
La pandemia del Covid-19 trajo como consecuencia un cambio drástico de rutina en la población sin embargo, para los niños, esta nueva “normalidad” también les afecta, puesto que pueden presentar síntomas evidentes de ansiedad y depresión, es por ello que los expertos recomiendan estar atentos ante algún signo o alteración en el comportamiento de sus hijos.
La psicóloga clínica, Mirian Padrón aseveró que “con los presentes cambios en el estilo de vida producidos por la presencia de la pandemia, hemos visto modificadas actividades que antes considerábamos cotidianas de realizar con nuestros hijos, tales como ir a un centro comercial, enviarlos a la escuela o que practicaran algún deporte. Vemos como algunas están suspendidas y otras modificadas a fin de mantener el respeto al distanciamiento, y así evitar nuevos contagios”.
“Frente a las derivaciones de este nuevo modo de vida, debemos estar atentos al elemento emocional de nuestros niños y atender debidamente las novedades. No es extraño que ellos, incluso siendo pequeños, sientan ansiedad o depresión”, manifestó.
Enfatizó: “Se sabe si se está frente a un problema en eventos como el fallecimiento de un familiar, mudarse de ciudad o país, y la separación de los padres. Estas pueden ser causas de alteración en las emociones de un menor y debemos estar atentos porque podrían ser más frecuentes de lo que esperamos y hasta tienen la capacidad de interferir con la vida diaria”.
“Se ha determinado una serie de elementos que como adultos nos permiten identificar alteraciones emocionales en los niños entre las que destacan quejas frecuentes de dolor de estómago o cabeza, sin motivo, negación a merendar o almorzar fuera de casa, a usar baños fuera de casa, también presencia de temblor y sudoración en manos cuando se habla de temas asociados a la cuarentena por pandemia, tensión muscular, dificultad para quedarse dormido”, explicó.
Señales emocionales de alerta
Advirtió que “otras señales son el llanto frecuente, elevados niveles de sensibilidad (emocional y física), fácilmente irritable, temor a equivocarse frente a figuras de autoridad preocupación por un futuro próximo, presencias de pesadillas asociadas a la pérdida de sus padres o cuidadores, temor cuando lo dejan en algún lugar diferente de la casa”.
“En muchos casos, evita la participación en actividades escolares, se mantiene en silencio o preocupado cuando debe trabajar con compañeros, busca estar solo o evita conversar durante las comidas, evita actividades sociales con otros niños. Ante una nueva actividad dice no puedo, presenta berrinches o pataletas”, recalcó.
Recomendaciones
Los padres deben identificar qué tipo de comportamiento posee el menor y tomar notas, acudir a un especialista infantil a fin de buscar la mejor solución, se empático con el menor, entienda la situación novedosa y diferente en la cual se encuentra.
Debido a su corta edad, su nivel de interpretación de lo que está sucediendo no es igual a la que pueda tener el representante, para tomar la decisión de ayudarle a tiempo. Fotógrafo: Kelvin Izquierdo