Barra Los Demonios Rojos descartan riña y golpiza

RONALD PEÑARANDA

Miembros de la barra Los Demonios Rojos del Caracas Fútbol Club niegan que la muerte de Pedro Junior Guzmán, aficionado, entrenador y recreador de la Alcaldía de Guacaipuro se haya suscitado en medio de una riña en el Estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

“Fue un accidente con un descenlace fatal, en ningún momento hubo hechos de violencia. Lamentamos lo que le ocurrió al compañero barrista. Hay señalamientos, acusaciones que han circulado por algunos medios de comunicación y redes sociales que intentan desprestigiar nuestra afición”, declaró al Diario Avance un integrante de la organización.

Explicó que el domingo 7 de noviembre el hombre de 30 años, había ingerido bebidas alcohólicas desde temprano. En la tarde una hora antes del partido cuando iba a entrar al estadio “la policía no lo dejó ingresar porque estaba pasado de tragos entonces en la parte de afuera varios compañeros lo hidrataron, le echaran agua en la cabeza para que se refrescara y se le pasara el efecto del alcohol”.

Finalmente pudo entrar. “Cuando empezaron a sonar los bombos, las trompetas, él intentó saltar, perdió el equilibrio, se cayó de unos cuatro escalones y se golpeó la cabeza fuertemente con el piso. El incidente se presentó cerca de las taquillas, a unos 100 metros está la entrada principal del estadio”.

Añadió que esa área siempre es custodiada por funcionarios policiales, por lo tanto no se producen alteraciones de orden público. “Los uniformados de inmediato actuaron para que se le diera asistencia médica”.

“Lo ayudaron a trasladar,  pero literalmente lo ruletearon, pasó por unos cinco centros hospitalarios y por último lo atendieron en el Domingo Luciani, donde falleció a eso de las tres de la madrugada del lunes”.

También descartó que la víctima haya recibido una golpiza y agregó que esta versión la manejan los familiares del fanático basados “en lo que le dijeron los médicos a ellos de que había presentado golpes en varias partes del cuerpo pero no tenía moretones”.

Guzmán llevaba ocho años perteneciendo a la barra. Su esposa también forma parte del grupo que alienta permanentemente al equipo capitalino. Al menos 30 personas de los Altos Mirandinos sienten la pasión del fútbol a través del Caracas FC. También era diseñador gráfico. Deja un niño de tres años./RP