“Cada vez que llega el agua se acrecienta un bote que tiene más de un año en la calle principal de El Vigía, donde está el tramo de la calle Luis Correa. Es un problema que se ha enrollado muchísimo, hasta se buscó empotrar con un trabajo que hicieron los vecinos, pero siguió brotando”.

El testimonio pertenece a Silvia Hernández, vecina de la comunidad, quien aseguró que lo más prudente es hacer una intervención profunda al ducto subterráneo, que a su juicio ya debe estar colapsado a causa de la vieja data que le reviste.

Residentes del sector tienen que lidiar tanto a pie como en carro con un caudal de agua pestilente, que solo se reduce cuando se interrumpe el servicio potable; representando un grave peligro porque carros y motorizados “patinan” en plena bajada.

“Cuando no se rompen tuberías de agua blanca lo hacen las de residuales, entre la huecamentazón que dejan los de Hidrocapital y los brotes de fluidos cochinos vivimos en medio de un desastre que parece nunca va a acabar, tienen que resolverlo de una vez por todas”, dijo Jesús Aldana, vecino.