Realizar actividad física y fumar son propiedades totalmente incompatibles. Esto debido a que mientras que los ejercicios aporta una estilo de vida saludable, mientras que el hábito de fumar origina enfermedades que interfieren en los beneficios de la practica deportiva y reducen así la persistencia en la calidad de vida.
Quienes realizan actividades físicas y son fumadores están combinando una práctica que mejora la salud y aumenta sus expectativas de vida, con el uso de sustancias tóxicas que contrarrestan cualquier beneficio obtenido por el ejercicio. Las personas con malos hábitos presentan menos resistencia física, y su rendimiento durante el entrenamiento es muy pobre. Adicionalmente, tienen mayores probabilidades de sufrir lesiones y otras complicaciones, al ejercitarse.
Especialistas en el área de entrenamiento indican que es importante recordar que, para lograr un alto rendimiento físico, se requiere de sangre rica en oxígeno. Pero al fumar, se contamina con monóxido de carbono, así como con otros químicos presentes en el tabaco, con lo cual los músculos y todo el organismo se ven imposibilitados de entregar su máximo esfuerzo.
Con ello, se reduce la resistencia física, y por ende, las habilidades deportivas resultan seriamente comprometidas. Incluso actividades sencillas y rutinarias, como subir escaleras o hacer los quehaceres domésticos, se hacen más difíciles de realizar./yr/no/Foto: Juan Carlos Blanco/