El fútbol femenino ha evidenciado pasos agigantados en los últimos años. Con cuatro clasificaciones mundiales (tres en la categoría sub-17 y una en la sub-20), las criollas han comenzado a cotizarse de manera importante en el exterior.

Desde diciembre han salido unas 20 de ellas al extranjero, en especial a Colombia, donde actualmente se encuentran 18 deportistas.Lisbeth Castro y Cinthia Zarabia fueron las últimas en llegar al país neogranadino; esperan aumentar el nivel con su incorporación.

La salida de estas jugadoras se debe, en parte, al dinero que les están ofreciendo, con respecto a lo que ganan en Venezuela.

“El nivel de la liga venezolana es mejor que el de algunas a las que han ido a parar varias de las criollas; sin embargo, ganar 600 dólares por mes hace que las futbolistas salten fuera de nuestras fronteras”, señaló un dirigente de la FVF que no quiso que se revelara su nombre.

El balompié femenino no se encuentra tan profesionalizado como el masculino, por eso es que algunas de las jugadoras han salido al exterior, no solo por dinero, sino también por estudiar en algunas universidades, donde también pueden practicar fútbol.

Deyna Castellanos ha sido la más publicitada de todas. Apenas llegó al conjunto de Florida State Seminoles, se encargó de reventar las redes y esa situación sirve para abrir las puertas a otras futbolistas.