El constante proceso inflacionario ha traído como resultado que en muchos hogares deba cambiar la forma en la que se gestionan las finanzas, por lo que el presupuesto para la alimentación se ha visto comprometido, ante esta dura realidad que se refleja en los precios de las tiendas que día tras día continúan en alza.
“Antes gastaba mucho menos en comida, pero hacia un mercado más grande, llevaba proteínas, carbohidratos, vegetales, frutas, artículos de limpieza y de higiene personal, medicinas e incluso golosinas, pero ahora puedo comprar menos cosas, pero sigo invirtiendo el mismo porcentaje de mi salario, las cosas suben pero no lo hacen nuestras remuneraciones”, explicó Jhonatan Vera, padre.
Agregó que esta situación ha afectado de forma directa la dieta de su núcleo familiar, en donde se ha presentado una desmejora en comparación a hace cinco años.
“Antes comíamos lo que quisiéramos todos los días, ahora es lo que podemos. Un pedacito de carne para cada quien y sin repetir porque descompletamos la semana, de meriendas nada de frutas o chucherías, si acaso un pan dulce para la lonchera y eso con suerte”, dijo. /DB/at