El Gobierno de Ecuador y los manifestantes que rechazan las medidas de austeridad del presidente Lenín Moreno no llegaban a un acuerdo el viernes, una posibilidad que aún parece lejana ya que ambas partes se han mantenido firmes en sus posiciones tras nueve días de protestas.
Si bien el Gobierno ha pedido volver a la paz como condición mínima para entablar un diálogo, miles de manifestantes salieron de nuevo el viernes a las calles de Quito liderados por indígenas, quienes han dicho que radicalizarán la protesta hasta que se derogue la eliminación de los subsidios al diésel y la gasolina extra.
“Mientras cada uno se sienta, de las partes, radicalizados en sus posturas yo le veo de una manera muy difícil, casi imposible que se dé ese diálogo”, dijo el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Luis Cabrera, a un medio de televisión.
En el noveno día de protesta y luego de que enterraron a uno de sus compañeros muerto durante la huelga nacional de miércoles, unos cientos de indígenas procedentes de la Amazonia llegaron a Quito con lanzas y sus rostros pintados en señal de combate, para sumarse al reclamo y liderar la marcha que planeaba llegar al Palacio de Carondelet, según testigos de Reuters.