Estudiantes aseguran que permanecerán en las calles hasta que el Gobierno rectifique su “política obsoleta”
Gustavo Bastardo. Desde tempranas horas de la mañana, estudiantes y miembros de la sociedad civil se concentraron en la redoma de Los Nuevos Teques para exigir justicia en el asesinato de Adriana Urquiola, así como también por los más de 30 caídos que han dejado las manifestaciones a nivel nacional.
Carlos Arencibia, miembro del Movimiento Cívico Estudiantil, señaló que se encuentran en las calles para hacerle ver al Gobierno nacional que “la muerte no es revolución” y, que pese a todos los atropellos, detenidos y la utilización desproporcionada de la fuerza, los estudiantes permanecerán pacíficamente en las calles hasta alcanzar un rumbo distinto en el país.
“¿Por qué no nos llamaron al diálogo antes de que tomáramos las calles de Venezuela? Este no es el momento de conciliar, sino de luchar, puesto que necesitamos un nuevo rumbo. Basta de tantos insultos, tantas mentiras y tanta corrupción”.
Por su parte, Marinel Rivero, sostuvo que no puede ser posible que aún el Gobierno nacional ni los órganos del Estado hayan dado con el paradero del presunto asesino de Urquiola y, que peor aún, “intenten ocultar la verdad de lo que ocurrió ese día. Pese a que nos intenten inculpar, todas las pruebas apuntan de que fue un paramilitar del Gobierno quien quiso atentar contra quienes se encontraban manifestando”.
Recordó que el movimiento estudiantil es pacífico pero contundente. “Seguiremos en las calles dando la lucha por nuestro futuro y el de todos los venezolanos. Le pedimos a los venezolanos que nos apoyen porque este es el momento de demostrar el descontento”.
Cristina Hernández, en representación de las Mujeres de Blanco, indicó que las madres venezolanas apoyan de forma rotunda a los hijos de Venezuela, en el reclamo de sus derechos. “Queremos mandatarios que gobiernen y no que continúen dividiendo a la población y haciendo campaña política”.
Asimismo, Mairín Franco, estudiante de la Unefa, aseguró que se encuentra protestando porque está cansada de que no pueda salir sin temor a ser robada y, que además deban calarse dos y hasta tres horas de cola para comprar algún alimento.