Desde hace siete meses, la calle Chapellín de El Vigía luce un enorme cráter, tras el hundimiento de una alcantarilla. Este ha destrozado más un tren delantero, ya que no se puede visualizar desde lejos y el paso de vehículos es constante.Inés González, quien reside muy cerca del hueco, ha sido testigo de los innumerables accidentados. “Todos los días caen entre tres y cuatro carros. Los que conocen la vía lo esquivan, pero los demás no lo ven y terminan cayendo”.

“Empezó como un huequito que se fue socavando motivado al tránsito de los autos, especialmente de camiones. Como es una tanquilla de aguas negras, la hediondez es terrible”.

Solicitó a las autoridades que arreglen el problema en el menor tiempo posible para que no siga generando caos./MF/ac

Foto: DANIEL  LINARES