Aplican medidas de seguridad más severas

Anelim González

Al inicio de la cuarentena los locales mantenían las normas sanitarias de manera manual, es decir, por medio de rociadores y geles antibacteriales, desinfectaban a la clientela antes de permitirle el ingreso además de mantener un metro de distancia entre cada persona, sin embrago, las maneras de desinfección, al igual que todo, evolucionaron poco a poco.

Muchos establecimientos donde la afluencia de personas es grande han tomado la decisión de comprar cabinas de desinfección para el cuidado de los clientes y sus empleados.

Algunas de estas cámaras o cabinas de desinfección las podemos apreciar en las entradas de muchos locales y mercados.

En el Castillo de las Telas se vio, en su semana de flexibilización, como a los clientes se les tomaba la temperatura, entraban a la cabina de desinfección, dispuesta a las afueras del lugar para, posteriormente, entrar a la tienda.

Una clienta declaró que “antes de entrar me tomaron la temperatura y luego entré a la cabina de desinfección.  Me dijeron que diera vueltas y levantara los brazos. Después de eso fue que me dieron acceso”.

Comentó que dentro de la cabina, la misma expulsaba alguna clase de desinfectante con un rociado muy leve, casi imperceptible.

A las afueras del local, las personas mantienen hasta dos metros de distancia, a la espera de su turno para ingresar a la cabina y luego a la tienda.

Siendo este uno de los comercios más grandes en la localidad mirandina, la cabina de desinfección ha sido una de las mejores inversiones durante la cuarentena.