Eran cuatro sujetos, uno de ellos trabajaba en el plantel
RONALD PEÑARANDA
Infraganti, así atraparon a cuatro hombres, uno de ellos un adolescente de 17 años, cuando intentaban desvalijar la Unidad Educativa Cecilio Acosta, ubicada en la calle Camatagua de Los Lagos.
Los ladrones fueron identificados como: Ramsés Alejandro Leal (29), Robert Samuel Bernal Pérez (19), Yaiker Enrique Volcán Brazón (19), más el menor.
Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quienes están encargados de custodiar el plantel desde la semana pasada cuando se desplomó una pared producto de las lluvias, se estaban “cazando” a los delincuentes. Los venían siguiendo desde el miércoles y cayeron finalmente este sábado.
El cuarteto hamponil fue sorprendido en el momento en que cargaban varios tubos que ya habían desmontado de la cancha. En el procedimiento incautaron un martillo, una tenaza, cuatro llaves de puerta.
Todos ellos quedaron a la orden la Fiscalía 15 con competencia especializada en el sistema penal en reponsabilidad de adolescentes a cargo de Zinahil Rodríguez y la Fiscalía Tercera.
“La maldición” del colegio
Vecinos contaron al diario Avance, que el saqueo a la institución es de vieja pero se ha acentuado en los últimos días. De allí se llevaron las rejas del preescolar, una puerta, dos escritorios, los bombillos y hasta sus protectores.
Un residente de la zona, indicó que uno de los hombres arrestados trabaja en el área de mantenimiento de la escuela, adscrita a la Gobernación de Miranda y alega que tiene autorización del director para sacar los objetos valiosos para llevarselo para su casa a fin de “resguardarlos”.
Otra vecina, subrayó que los cuatros individuos forman parte de las 25 familias que resultaron afectadas con las inundaciones ocurridas durante el aguacero del 24 de junio.
La UE Cecilio Acosta, cayó en desgracia en octubre de 2018, cuando la edificación se anegó debido a las fuertes precipitaciones. En aquella oportunidad colapsaron las tuberías de aguas negras y hubo daños en el preescolar, varios salones, entre otras áreas.
A partir de ese momento cada vez que cae un chaparrón el colegio queda bajo las aguas. Casi tres años de esa primera emergencia la historia volvió a repetirse el pasado 24-J. Foto: Yuliettsha Molina