Dieciséis jóvenes católicos tuvieron una oportunidad inesperada el sábado para confesar sus pecados al papa Francisco.
El pontífice apareció sorpresivamente en la plaza de San Pedro, donde miles de fieles de entre 13 y 16 años participaban de un día especial dedicado a la juventud en el Año Santo. Los actos incluían la confesión cerca de la famosa Columnata de Bernini.
Francisco y cada uno de los 16 jóvenes se sentaron frente a frente en sillas sencillas. Los jóvenes parecían estar a sus anchas y el papa les estrechaba la mano con fuerza. Pasó algo más de una hora en la plaza. El papa ha dedicado el Año Santo a dos temas centrales de su pontificado: la misericordia y la reconciliación. Durante algo más de una hora Francisco conversó con los adolescentes