Hace un año, a las 11:30 de la mañana en Santa Mónica, Estados Unidos. A esa hora, murió uno de los artistas más adorados de la música mexicana: Juan Gabriel.
Una vez el adolescente Alberto Aguilera Valadez se convirtió en Juan Gabriel, el ídolo, no hubo manera de escapar su encanto. En sus canciones, es un enamorado empedernido, eterno optimista sin ocultar los momentos de dolor, con una sensibilidad a flor de piel… escuchar a Juan Gabriel es sentirse acompañado, es volver a creer en el amor y en uno mismo.
Juan Gabriel desde el comienzo compuso rancheras, mariachi, logrando que sus musas españolas como Rocío Dúrcal e Isabel Pantoja incursionaran en estos géneros. ‘El Divo de Juárez’ immortalizó lugares e imágenes de su tierra en sus temas (‘El Noa noa’) y en sus legendarias presentaciones (como la del Palacio de Bellas Artes en 1997).
Su inesperada muerte a los 66 años a causa de un infarto, dos días después de presentarse en concierto en el sur de California, conmovió a toda América Latina. Se le recibió con todos los honores en ese Palacio Bellas Artes de la capital, como se hizo con selectas figuras de la cultura popular mexicana como Cantinflas y María Félix.
Tras su muerte, aún hay material inédito que está por salir a la luz.
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