Algunos manejan cuotas fijas en bolívares o divisas

En un panorama que algunos describen como variable, muchos deben ajustar de forma cada vez más frecuente sus presupuestos para costear las necesidades básicas como la alimentación y servicios públicos como aseo y, en el caso de los complejos residenciales, el mantenimiento del inmueble como copropietarios.

Para esto, en la mayoría de las propiedades horizontales de Los Teques, son las juntas de condominio las que en ocasiones se ven en la necesidad de hacer malabares para cumplir con sus funciones a la vez que evaluar las particularidades de los copropietarios.

En el caso del edificio Gardenia, ubicado en residencias Las Flores, se conoció que los 66 apartamentos se encuentran habitados, cuyos residentes se encuentran sujetos a una cuota mensual acorde a los gastos de su inmueble. “el monto básico del mes pasado fue de Bs. 2.700, pero eso varía ya que no todos los meses se daña algo, esos son gastos adicionales”, dijo un residente.

Adicionalmente, un miembro de la junta de condominio destacó que el índice de morosidad es prácticamente nulo, lo que les ayuda a mantener constantemente al día la estructura, igualmente, explicó que todos los movimientos económicos que realizan son fijados a la moneda nacional, “ni se compra, ni se vende, ni se cobra en dólares”.

En el caso de edificios pertenecientes a la urbanización Simón Bolívar, las cuotas son desde $5, y una extra de $5 en caso de alguna reparación, y en algunas de las torres ubicada en la avenida Bolívar, el monto del mes de abril fue de Bs. 1.500, registrando un aumento del Bs. 500 en comparación a marzo.

Combaten la morosidad

Al consultar con un miembro del conjunto residencial Lagunetica, Avance conoció que el edificio Acacias, que consta de 88 apartamentos, solo cuenta con la mitad de las cancelaciones por parte de los copropietarios, reflejando un 50% de morosidad. “Aun con eso la junta ha podido trabajar y estar al día con los pagos de los servicios, proveedores y trabajadores”. En algunas torres, donde predomina la población de adultos mayores, las juntas enfrentan altos índices de morosidad, lo que retrasa en muchos casos reparaciones de servicios como ascensores e incluso iluminación o mantenimiento. “La mayoría solo recibe una pensión que se rige por el salario mínimo y en el mejor de los casos reciben mesadas de familiares en el extranjero”.