Un milagro le permitió al fundador del grupo librarse de un marcapasos
Robert Reyes tiene más de 20 años en el mundo de la música, y su constancia y esfuerzo lo llevó a conformar su propio grupo: Katanga, cuyo repertorio discográfico es de nueve producciones. Sus canciones pegajosas le han permitido presentarse en diferentes estados del país y dar a conocer su talento gaitero. Para Reyes, el camino ha estado lleno de altos y bajos, pero las ganas de cantar y de ser “El Negrito Fullero” lo han impulsado a seguir adelante. Ser atleta y trabajar en varios sitios fue determinante para que pudiera surgir en el medio artístico.
Los primeros pasos siempre son más difíciles
-¿Cómo fue su primer acercamiento con la música?
-A los 8 años escuché una gaita que se llamaba “El Negrito Fullero”, y desde entonces comencé a interesarme por esa música. Recuerdo que mi mamá me pegó varias veces porque yo ponía los tobos al revés y tocaba con palitos de gancho simulando que era una tambora.
-¿Por qué le dicen “Scooby”?
-Estaba recién mudado a La Matica, salí por primera vez de mi casa a comprar unas tortas en la bodega, y uno de los muchachos del sector que estaba reunido ahí gritó: “Mira ahí va Scooby” porque yo estaba vestido igual que el perro de la comiquita.
-¿Con qué grupo hizo su primer toque?
-Franklin Castillo, un amigo mío, me dijo que había un señor llamado Pedro Sánchez que estaba sacando un grupo en Camatagua que se iba a llamar Los Regionales. Me preguntó que si quería participar y acepté. Hice una audición que aprobé con 17 puntos.
-¿Cómo llega a ser solista?
-Tenía una fiebre por eso. Yo le decía a Fausto Páez, el solista, que me ayudara, quedamos en que iría todos los días a su casa y mientras el almorzaba, yo me ponía a ensayar para que me escuchara y me corrigiera.
-¿Cuál fue su primer tema como solista?
-Se llamaba “Cinco Negro”. No sé cuántas veces tuve que repetirlo porque Fausto me decía que estaba desafinado. Estuve así como dos meses, hasta que un día me dijo que podía comenzar a practicar el solo.
Cantar en varios grupos le abrió un mundo de posibilidades
-¿Por qué se va de Los Regionales?
-Me llamó otro grupo que se llamaba Los Tupamaros, donde estaban los grandes solistas, eran imbatibles, tocaban en todos los centros nocturnos. Voy a la audición y quedo, me dijeron que también tenía madera para ser animador y me ofrecen ser el mánager. Entonces hacía el coro, la animación y era el representante.
-¿En qué otros grupos estuvo?
-Canté con Somos La Herencia, gran parte de los que estábamos en Los Tupamaros paramos allá. Con ellos me quedé tres temporadas. Luego me fui con El Sonero de la Gaita, ese grupo fue una gran escuela para mí.
-¿Por qué Gaita Show fue tan importante en su formación?
-Mauricio Rodríguez fue fundamental. En este grupo aprendí que debía tener disciplina y que debíamos hacer un trabajo en equipo, que no resaltara una sola persona, sino que el trabajo de cada uno ayudara a que todos se proyectaran.
-¿Cómo forma su propio grupo?
-Mi compadre William Antonio Chocolate me dijo que yo ya podía sacar mi grupo. Yo no tenía instrumentos, apenas tenía 26 años. Hablé con los dueños de diferentes negocios como Foto Estudios Bonanza, Rifas Papi y Moto Kit. Busqué a varios amigos que tenían mucha relación conmigo por el deporte. Ellos me ayudaron a comprar los equipos.
-¿Cómo lo ayudó Horacio Scott?
-Le pedí la colaboración para comprar instrumentos y aceptó. Recuerdo que me dijo que me iba ayudar para que tocara en el Béisbol Show de los Artistas. En ese evento participó el elenco de la novela Por estas Calles, los hermanos Primera, Luis Silva y Eduardo Luna. Esa fue la primera presentación de Katanga, el 5 de julio de 1990.
-¿Por qué el grupo cambia de nombre de Candanga a Katanga?
-Porque ese nombre estaba registrado por el sobrino de Betulio Medina. Nosotros tocábamos en diferentes locales nocturnos, el equipo de ellos me reclamó, pero se dieron cuenta de que no era un plagio, sino que de verdad éramos un grupo y no sabíamos que ese nombre ya estaba registrado. El dueño de ese local me sugirió que se llamara así y a mí me gustó.
-¿Cómo es eso de que casi le ponen un marcapasos?
-Yo era entrenador físico de los bomberos, la policía, el Colegio Universitario, el liceo San José y pare de contar. Un día me mandan a hacer un chequeo en los bomberos y descubrieron que mi corazón estaba latiendo 40 veces por minuto en vez de 60. Eso fue muy duro para mí porque era un atleta. Mi mamá le ofreció su vida a la Virgen del Valle a cambio de que yo no necesitara ponerme el aparato. Finalmente, me vio un médico alemán que estaba residenciado aquí en Venezuela y me dijo que yo no tenía nada.
-¿Cuál ha sido tu momento más difícil en la música?
-Fue cuando me botaron de una agrupación. Yo era demasiado pedante y echón, me creía la tapa del frasco. No me llamaron el próximo año, las órdenes que le habían dado a los otros del grupo era que yo tenía que enterarme por mis propios medios. Eso me dolió muchísimo, pero fue una gran enseñanza.
-¿Algún mensaje para los que se quieran dedicar a la gaita?
-Lo primero es que si les gusta algo se deben preparar, ser muy constantes y ensayar mucho. Los martes todos los músicos de Katanga practican desde las 5:00 hasta las 7:00 pm./Skarlet Nieto/ac