Entendemos que para muchos es difícil comprender cómo sentarse a dialogar con los que consideramos responsables de tantos daños al interés nacional, y con quienes tenemos diferencias tan profundas. La experiencia histórica nos ha convencido de que ante crisis como la que vive Venezuela, lo realista y responsable, aunque no sea agradable, es intentar por la vía civilizada construir salidas que impidan el uso de las armas o de una guerra civil como métodos, con las consiguientes tragedias nacionales que esas alternativas traen consigo. Otros países han tenido que hacerlo después de miles de muertes y de los daños colaterales que ocasiona ese tipo de conflicto. Es por esa razón, por la paz y el progreso de nuestro país, que debemos intentarlo sin ser ilusos y sin dejar de estar alertas ante quienes tengan el propósito de utilizar nuestra buena fe para ganar tiempo y lograr otros objetivos.
Para no buscar ejemplos lejanos en la geografía y en el tiempo, a nuestro lado está la hermana República de Colombia, donde después de miles de muertes y de los horrores que allí han ocurrido, el gobierno y las FARC están sentados en una mesa de diálogo en la Habana negociando la paz, y mientras eso ocurre el ejército colombiano y la guerrilla siguen en guerra, lo cual puede ser incomprensible para muchos, pero la gran razón para que estén allí es porque después de la tragedia que han vivido, se han convencido que el diálogo siempre ha sido mejor camino, sinceramente deseamos que puedan llegar a una solución pacífica por el bien de los hermanos colombianos.
La crisis que vive Venezuela es multidimensional, la represión y la violencia ya han cobrado más de 40 muertes. La inseguridad personal y la crisis económica, expresada entre otros aspectos por la escasez de alimentos, medicinas y repuestos para cualquier cosa, empiezan a crear un clima muy difícil para la población que cada día rechaza con más fuerza el evidente fracaso de las políticas de este gobierno. Para nosotros el diálogo no significa dejar de protestar, hay que hacer las dos cosas hasta que consigamos soluciones.
La función que cumple la oposición venezolana en la mesa de diálogo, con el testimonio internacional convenido, es exigir respeto a la Constitución como marco de referencia central de este esfuerzo político, dentro del cual deben garantizarse los derechos humanos, el debido proceso y el derecho a la defensa, exigimos la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados, así como una Comisión de la Verdad imparcial y calificada que investigue y concluya en el castigo de los responsables de la violencia en el país a partir de febrero de este año, que no sea presidida por un dirigente del gobierno o de la oposición, sino integrada por personalidades confiables para todos. Hemos propuesto una política de seguridad personal seria que sustituya las fracasadas políticas del gobierno en esta materia.
En materia económica hemos solicitado al gobierno rectificaciones de fondo que impulsen la producción nacional, que combata la escasez, que frene la inflación que genera la emisión escandalosa de dinero sin respaldo por parte del Banco Central de Venezuela que es la principal causa de la inflación, y además que enfrente la corrupción creciente y sin control como una de las causas principales de la crisis económica.
Y por supuesto, la elección con respeto a la Constitución, de los Poderes Públicos hoy colonizados por el Partido de gobierno, especialmente la escogencia de un CNE equilibrado que garantice a todos la transparencia en los procesos electorales, que culminarán con el cambio político en nuestro país. De tal manera que el papel de la oposición en este diálogo es exigir y reclamar el respeto a la Constitución, y en consecuencia los derechos de todos los venezolanos por igual.
Es al gobierno al que le toca escoger el camino a tomar: o escoge la conducta responsable de rectificar y echar las bases para avanzar hacia una solución pacífica de los conflictos políticos, económicos y sociales que vive el país, o empobrece su conducta y pretenda convertir al diálogo en una farsa que les permita ganar tiempo para continuar con el proyecto de imponer un régimen totalitario en nuestro país, ante lo cual la oposición democrática venezolana los denunciará con pruebas para que nuestro pueblo y la comunidad internacional, sepan que son los responsables de que Venezuela no consiga una solución pacífica y democrática a sus problemas. Por ahora le damos el beneficio de la duda, esperamos que tengan la voluntad de rectificar, y demuestren con gestos y hechos su propósito de enmienda./Por Omar Barboza dirigente nacional de UNT / omarbarboza1@cantv.net
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