Aseguran que en el sitio un grupo de individuos consumen estupefacientes y alcohol ante la mirada de los vecinos

ILDER MAESTRE

Desde hace un año en el callejón Negrín, vía que conecta la calle Roscio con la avenida Arvelo, la delincuencia hizo de ella su “centro de operaciones”, esto debido a los constantes robos y asaltos que son perpetrados a los transeúntes que circulan por allí en cualquier hora del día.

Otro de los problemas es la falla en el alumbrado, ya que a lo largo del camino más de seis bombillos están “achicharrados”, factor que ayuda a que los maleantes, más que todo en horas de las noches, cometan sus delitos, y puedan escapar sin ser vistos por los vecinos o alguna autoridad policial.

Un vecino, que no quiso identificarse, manifestó que “con mis propios ojos he visto como roban las bolsas de comida a las personas que vienen del mercado de la Miranda, a abuelitos de la tercera edad que apenas tienen un efectivo para un pasaje y hasta a un vecino le metieron varias puñaladas para despojarlo de su celular”.

“Un constante consumo de estupefacientes y alcohol por parte de individuos que no pertenecen a la zona también nos tienen bastante preocupados. Aquí habitamos personas sanas y trabajadoras, no merecemos vivir asustados dentro de nuestros propios hogares”, resaltó.

Otro residente expresó que “en verdad por aquí se ven bastantes patrullas de Polimiranda, pero no precisamente para prestar apoyo en cuanto a la seguridad”.

“Más de 35 familias que vivimos en este callejón pensamos en organizarnos y crear nosotros mismos un cuadrante antichoros. Nos equiparemos con pitos, linternas y otros materiales. Gente desconocida que veamos cometiendo delitos que se agarren bien duro los pantalones porque no vamos a permitir más esta broma”, destacó. /ya. Fotógrafo: Kelvin Izquierdo