Sheina Chang está anclada al periodismoElaborar guiones, cuadrar invitados, servir café, recoger el estudio, ordenar correspondencia. Como tantas historias de periodistas venezolanos, la carrera profesional de Sheina Chang comenzó en la producción radial. En este campo, dio los pasos que, con el transcurrir del tiempo, la llevarían a integrar el staff del programa Aló Ciudadano, al lado de Leopoldo Castillo.
Todo era paz y amor, entre comillas, hasta que la venta de Globovisión produjo un movimiento telúrico con varios epicentros, relacionados con las renuncias de las caras más conocidas de la televisora de La Florida.
Las réplicas en la opinión pública se sucedieron en el período comprendido entre mayo y agosto de 2013, sin que hubiera manera de prevenir sus consecuencias, e inició una serie de cambios que abarcaron desde el logo hasta la parrilla de programación, pasando por anclas y reporteros.
En el devenir de los acontecimientos, Chang fue escogida por los ejecutivos del canal para que se encargara de la emisión estelar del noticiero, junto a Sergio Novelli. La decisión de aceptar la propuesta tampoco estuvo exenta de las pasiones ni de las críticas, aunque no le impidieron aceptar la misión que cumple a las 9:00 pm.
-¿Qué has aprendido desde Aló Ciudadano hasta acá?
-¡Guao, muchísimas cosas! Este ha sido un año bastante intenso en el que hemos vivido situaciones que nos han mantenido durante mucho tiempo entre la espada y la pared. Pero aprendí a ser paciente y tolerante para no enfermarme ni dejarme abatir, aprendí a colocarme en todos los escenarios y que es muy difícil complacer a todo el mundo, que, hagas lo que hagas, siempre habrá quienes te ataquen. Sucedía antes y sucede ahora. Hemos enfrentado momentos muy duros y, definitivamente, aprendí que los extremos no son buenos.
-¿Qué antídoto utilizaste para sobrevivir a los ataques?
-Reflexioné mucho en ese momento. Cuando entendí que no había manera de complacer a todos, logré cierta tranquilidad. Criticaron a quienes vendieron, a quienes compraron, a quienes se fueron, a quienes se quedaron… A todos nos colocaban contra el paredón, si no era de un lado, era del otro, de manera que no había forma de salir ileso. Fue un proceso realmente duro. Entonces concluí que era imposible conseguir consenso y decidí creer en mis valores, para seguir el camino que me pareció correcto. Me vacuné contra la polémica y preferí desestimar las opiniones de gente que no me conoce, que no sabe cómo soy ni cómo pienso, pero que estaba movida porque había mucha sensibilidad a flor de piel, sin saber realmente lo que estaba sucediendo, ni las circunstancias personales que cada quien pueda tener para actuar de determinada manera. Yo no juzgaría a nadie por sus decisiones, y tengo muy claros los principios y valores que me enseñaron en mi casa.
-¿Visualizas alguna fórmula para combatir la polarización?
-Creo que está en cada uno de los venezolanos, tanto en los que seguimos como en los que se han ido. Todos tenemos que poner nuestro granito de arena, porque el país es de todos. Estoy convencida de que los discursos incoherentes nunca han sumado y debemos ser consistentes, evitando cometer los errores que tanto criticamos en los demás. Creo que si hay una reflexión valiosa derivada de estos 15 años que hemos vivido, es que los extremos no son buenos, que no benefician a nadie, que, al contrario, son perjudiciales. De una vez por todas, debemos entender que los venezolanos tenemos más coincidencias que diferencias. Por ejemplo, hace dos sábados hubo dos marchas en Caracas reclamando paz y rechazando la violencia. ¿No hubiera sido más sencillo y más efectivo, si el objetivo era el mismo, que se unieran?
Las tres Marías
-Ser ancla del noticiero significa…
-Significa una responsabilidad muy grande, poner la cara por un equipo numeroso que va desde el reportero que está en la calle registrando la noticia, hasta el luminito y el técnico de audio que coloca el micrófono. El público ni se imagina la cantidad de gente que está detrás del trabajo que realizamos para que el producto final sea de la mayor calidad posible. También significa darle la cara al medio, logrando la confianza del público, para que sienta que lo que estás diciendo es así, que no dude frente a la información que le ofreces. Es una tarea que debe reunir tres características fundamentales: responsabilidad, credibilidad y seriedad.
–En este momento, ¿estás donde soñaste estar?
-Esa es una pregunta que yo misma me he hecho algunas veces. Nunca me imaginé estudiar Periodismo para trabajar en televisión. Tenía otras expectativas con lo que debía ser mi carrera, pero el tren pasa frente a ti y es la decisión de cada quien aprovechar la oportunidad que representa, sin pensar mucho en lo que pueda suceder en el futuro. Yo decidí montarme y ver lo que sucedía mientras recorría el camino. A estas alturas, puedo decir que me siento bastante cómoda y afortunada, porque todo se ha dado de manera espontánea y satisfactoria, sin que yo hubiese estado buscando algo específico.
Crear con la palabra
Además de su labor diaria en la pequeña pantalla, Sheina Chang comparte el micrófono con Gustavo Gómez Morón, a través de la señal del Circuito Unión Radio. De lunes a viernes, desde las 4:30 hasta las 6:00 pm, conduce un programa de corte informativo en el que puede mostrarse más auténtica.
-¿Qué te da la radio que no hace la televisión?
-La radio la resumo en una palabra: espontaneidad. En la televisión, la figura del ancla carece de opinión, no puede hacer gestos que condicionen la información, porque se trata de dar a conocer las caras de algo que sucedió, para que el público saque sus propias conclusiones. Es un trabajo más rígido que requiere mucho autocontrol, porque, además, estás sujeto a lo que dice un libreto, no puedes improvisar. En la radio es distinto, podemos opinar y nos permitimos hacer un chiste si el tema y el momento lo requieren. Me encanta, porque podemos ser más creativos con la palabra, con el verbo, podemos jugar con la voz, con las inflexiones y eso hace explotar la creatividad y el talento de una manera que me resulta deliciosa.
-¿Dónde tienes posada tu mirada?
-Sin duda, en los dos escenarios. Quiero seguir creciendo en ambos medios. Todo lo que hago no lo hago a cambio de nada. Evidentemente, tengo el objetivo de ser cada vez más profesional, más completa, de adquirir nuevas herramientas que me permitan seguir desarrollándome como periodista. Estoy planeando hacer un curso de voice over y quiero pulirme en el campo de las entrevistas, porque es un género que me encanta y al que me gustaría sacarle más provecho.
-¿En un programa propio?
-Tal vez. En televisión me encantaría hacer un programa de variedades que muestre otra faceta de mí, que sea más relajado. El noticiero es perfecto, no me quejo en lo absoluto, y he entendido que me falta mucho por aprender, pero tengo el deseo de ampliar mis horizontes, de hacer cosas diferentes. Eso sí, sin dejar la noticia, no podría alejarme de ella, porque es algo que circula por mis venas./ac
Por: Orlando Suárez/orsuarez7@hotmail.com