“no solo alimenta, da calor y amor”
ELIZABETH FLEURINE
Amamantar es una de las experiencias más nutritivas tanto para el bebé cómo para la madre, no solo le da alimento material sino también psicoemocional. El momento de amamantar es un momento de intimidad, de expresión de amor, de crear vínculos afectivos de confianza y también la oportunidad para estimular sensorialmente al niño.
María Armas, psicóloga y terapeuta familiar explicó que “la leche materna contiene anticuerpos que protegen al infante de infecciones, además se recomienda durante los primeros seis meses y luego complementarse con otros alimentos hasta los dos años”.
“Entre algunas de sus ventajas es que es higiénica y no contamina, es más económica que las fórmulas comerciales, disminuye su riesgo de enfermedad y muerte infantil por diarreas, infecciones respiratorias y alergias, cubre la necesidad de hidratación del niño y disminuye el riesgo de la madre a contraer cáncer de mama y a sufrir depresión post parto”.
Detalló que “a nivel psicológico la teta es lo más grande en la vida del recién nacido, depende de ella para vivir, lo alimenta, le da calor, le da amor, le da seguridad”.
“Psicológicamente hablando, hay muchas teorías que incluyen la relación con la teta o la etapa de lactancia, como un factor súper importante y hasta determinante de las conductas y formación de la personalidad”.
Detalló que “Erik Erikson plantea que el desarrollo psicosocial se produce cuando enfrentamos ciertos conflictos a lo largo de la vida. En la primera etapa de 0 a 18 meses, el conflicto está entre la Confianza versus la Desconfianza. Obviamente el proceso de alimentación del lactante tendrá un peso muy determinante en esta etapa”.
Para una sesión inicial gratuita con la psicóloga María Mercedes Armas Barrios, puede visitar la página www.vitalenlace.com. EF/ct Foto: Yuliettsha Molina