El transtorno de misófono dificulta a quien lo padece el relacionarse de forma común, debido a que cuentan con muy poca tolerancia a los sonidos de la vida cotidiana, pudiendo sufrir de ataques de ansiedad, pánico y distanciamiento social.
“Los más comunes son aquellos producidos por otras personas, como el sonido al masticar, los estornudos y la tos, en casos más graves incluso la lluvia, las voces muy agudas y los dedos al tocar una superficie dura; quienes lidian con esta condición suelen evitar espacios muy concurridos o aglomeraciones, en muchas ocasiones se les dificulta asistir a eventos sociales como almuerzos familiares o fiestas”, explicó Gabriela Vera, estudiante de psicología.
Agregó que quienes presentan esta condición muchas veces no son conscientes de este hecho, ya que, no cuenta con un tratamiento en específico y es de difícil detección.
“La misofonía se presenta por niveles, va desde los que se sientes incomodos escuchando a alguien masticar, hasta aquellos que son hipersensibles hacia ruidos que podrían considerarse insignificantes”, dijo. /DB/at