Sol rojo, tormenta de arena. El cielo de Londres mostró este lunes un color anaranjado inusual, aparentemente debido a que el huracán Ophelia había arrastrado polvo del desierto del Sahara, en África.
Otra de las causas eran las cenizas de los incendios forestales que están afectando a Portugal y España. El polvo provocó que la luz azul de ondas más cortas se disperse y deje pasar la luz roja, de ondas más largas, a la atmósfera. “El aire levanta el polvo y este se eleva hasta la atmósfera, y ese polvo del Sahara llegó a la atmósfera que cubre Reino Unido”, señaló el meteorólogo de la BBC Simon King.