Rafael Romero, actual canciller del atletismo venezolano, recuerda que el gran desarrollo que tuvo el atletismo en los años cincuenta y sesenta fue producto de los Juegos Petroleros, organizados por las empresas transnacionales como Shell y Creole que controlaban el oro negro de nuestro país. “Practicar deporte era una obligación para los trabajadores y sus hijos en los campos petroleros. Competíamos todo el año en los interdepartamentales, zonales y regionales, hasta llegar a los Juegos Petroleros que eran nuestras olimpiadas por el gran nivel competitivo y de organización”, rebobina Romero Sandrea, tres veces olímpico en 100, 200 y relevo 4×100 metros en Melbourne 56, Roma 60 y Tokio 64.
Dos veces campeón de los Juegos Iberoamericanos en 100 y 200 metros en Santiago de Chile 1960 y Madrid 1962; campeón Bolivariano, Centroamericano y Panamericano en 200 m, Romero Sandrea considera que Venezuela sigue teniendo el potencial para recuperar el sitial perdido en las carreras de velocidad. “Hoy los atletas de selección nacional tienen mejor atención que antes. Nosotros no recibíamos becas ni apoyo y a veces ni teníamos para comer; pero hay que mejorar las instalaciones deportivas. Las pistas de atletismo son un desastre. Tenemos el biotipo para tener excelentes velocistas. Yo fui campeón Centroamericano en la propia Jamaica, no lo olviden”, apostilló.
Amor por la disciplina
Otro zuliano lleva hoy el testigo de la velocidad en el país. Álvaro Cassiani es la mayor expresión del hectómetro y el doble hectómetro en Venezuela.
“Es imposible sacar campeones de atletismo en la situación actual. Yulimar y Robeilys tienen éxito, porque además de su capacidad para los saltos, cuentan con entrenadores, gimnasios, instalaciones, alimentación y vitaminas para obtener resultados”, analiza Cassiani, quien solo ha competido dos veces este año fuera del país.
Cassiani se entrena diariamente en la pista del “Pachencho” Romero de Maracaibo que se encuentra en pésimo estado. “Está muy deteriorada y tampoco podemos usar la grama para practicar, porque es de uso exclusivo para los equipos de fútbol”, aseguró el zuliano.
Mucha competencia
Macoly McGregor es uno de los responsables de que el atletismo nacional siga empeñado en conseguir resultados en la velocidad. El excorredor de 100, 200, 400 y 800 metros y con cuatro décadas dedicadas a la formación de atletas de pista y campo señala que el secreto para conseguir resultados en la velocidad es “competir constantemente”.
“Un velocista necesita mucha competencia. No entre ellos mismos, sino con otros rivales fuera del país. ¿Cómo los atletas van a mejorar sus registros solamente entrenando, sin competir internacionalmente?”, se pregunta McGregor, quien también critica la invasión del fútbol en las pistas.
Municipalizar la masificación
También Iván Romero, excorredor de la selección nacional y con tres décadas formando atletas en Carabobo, coincide en el reclamo de recuperar las deterioradas pistas de atletismo, pero propone otro modelo para reimpulsar el atletismo y la velocidad. “Llenar de pistas sintéticas el país, tampoco es una solución, porque es muy costoso. Lo ideal sería municipalizar el atletismo y que cada municipio cuente con una pista de tierra de 200 metros”, propone el entrenador.