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Las aplicaciones definitivamente no son para niños

gucava393

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Periodistas de Avance

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Hoy, con todo lo digital tan presente, es fácil que los niños terminen usando aplicaciones que en realidad están pensadas para adultos. Y esto no es solo una idea suelta: hay razones para preocuparse.

Un estudio mostró que el 46% de los adolescentes ha sido víctima de ciberacoso. Además, el 42% de los padres dice estar muy preocupado por el tiempo que sus hijos pasan en redes sociales.

No son números menores. Todo esto deja claro que hace falta estar atentos y limitar el acceso a aplicaciones que los niños no deben usar por no ser adecuadas para su edad.

Cuando las apps no son un juego de niños

No se trata solo de juegos o entretenimiento. Muchas aplicaciones tienen contenido o funciones que, sinceramente, no son para chicos. Por suerte, existen herramientas como mSpy, que permiten a los padres bloquear el acceso a ciertas apps y así tener un poco más de control sin necesidad de estar revisando el teléfono todo el tiempo.

Además, mSpy es legal y ofrece otras funciones útiles: monitoreo de mensajes, ubicación GPS y seguimiento de lo que hacen en redes sociales. En conjunto, da una idea bastante clara de cómo se mueven los menores en el mundo digital.

Aplicaciones que parecen inofensivas pero no lo son

Hay muchas aplicaciones que los niños no deben usar, porque están pensadas para adultos. Y el problema es que no siempre se nota el riesgo a simple vista. Pero está ahí.

X (anteriormente Twitter)

A simple vista, parece solo una red para compartir ideas. Pero es también una de las plataformas con más desinformación, según datos de un estudio de la Comisión Europea de 2023 citado por la BBC. Además, hay contenido extremo, cosas que pueden afectar a los adolescentes sin que se den cuenta.

Aunque existe la opción de bloquear o reportar, esas herramientas no siempre funcionan bien. También puede dañar la salud mental: entre tantos mensajes, imágenes y opiniones, es fácil caer en comparaciones o ideas negativas.

Telegram

Funciona como app de mensajería, pero tiene algo más: grupos públicos donde cualquiera puede entrar. No hay verificación de edad real y, en esos grupos, se encuentra de todo: contenido violento, explícito o falso.

Y lo peor, los chicos pueden hablar con desconocidos sin que nadie se entere, porque el anonimato es parte de cómo funciona.

Instagram

Es muy popular, sobre todo entre adolescentes. Pero eso también tiene un lado complicado. La presión por verse bien, por encajar, por tener “likes”, puede afectar la autoestima. A veces se comparte contenido que no es para menores, aunque se supone que hay reglas.

Aplicaciones de citas

Este tipo de plataformas está pensado para adultos, pero eso no impide que menores intenten registrarse. Y ahí es cuando se complica.

No hay garantías de con quién están hablando, y muchas veces se topan con adultos que tienen intenciones poco claras. Además, los chats suelen incluir contenido sexual que no es apto para su edad.

Conclusión: Cuidar lo que ven y usan los niños en internet no es exagerar, es necesario. Herramientas como mSpy ayudan, pero también hace falta hablar con ellos, explicarles, estar cerca.

La tecnología es parte de sus vidas, así que lo mejor es enseñarles a usarla bien y acompañarlos en ese proceso.

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