Milagros Bandes rompió los esquemas en 2012
Más de un siglo tuvo que transcurrir para que la Sociedad Benéfica Hijos de la Unión fuera dirigida por una dama. Milagros Bandes, quien ocupa la presidencia desde hace cuatro años y que acaba de ser reelecta, asumirá las riendas por dos años más este domingo 24 de julio.
Tequeña de pura cepa, nacida en el extinto Hospital Policlínico, afirma que ama infinitamente a esta ciudad, a pesar de los grandes cambios por los que la han hecho pasar.
“Digan lo que digan de Los Teques, yo amo a mi pueblo, a veces me duele el abandono en el que lo han sumergido o cuando no hacemos las cosas bien para ayudarlo a salir adelante; antes era todo muy tranquilo y hoy el ritmo de vida es muy acelerado desde que lo convirtieron en una pequeña metrópolis”.
Los estudios de Milagros transcurrieron entre el Colegio Guaicaipuro y la Unidad Educativa Jesús María Sifontes, la etapa de bachillerato la vivió entre la Escuela Técnica Comercial Doctor Jesús Muñoz Tébar y el liceo Francisco de Miranda.
“Una vez que culminé ese ciclo estuve a punto de estudiar Derecho, pero me enfermé y tuve que desistir de la idea porque al tiempo de graduarme como bachiller trabajaba”.
Función pública
Se inició laboralmente hablando en el Concejo Municipal de Guaicaipuro como asistente de la Sindicatura. Posteriormente trabajó por dos años en la Procuraduría para luego regresar al organismo como asistente en la Cámara, donde acumuló 26 años de servicios, hasta el momento de su jubilación.
Aseguró que pese a haber trabajado con diferentes gobiernos, se mantuvo firme en sus cargos. “Siempre he sido apolítica, muy respetuosa y dedicada de lleno a mi trabajo; tal vez en eso radicó el éxito de mi carrera”.
Apuntó que realizó un curso de Secretariado Ejecutivo en la Academia Americana para poder ejercer plenamente todas sus funciones. “Estoy satisfecha con la labor que cumplí allí porque todo mi tiempo libre se lo dedicaba a la asociación”.
Un poco de historia
Relató que en 1903 llegó a suelo tequeño Salvador Mejías López, con la intención de temperar su salud, ya que esta ciudad era famosa porque se curaban los tuberculosos en el Sanatorio Padre Cabrera.
Una vez que andaba él cerca del cementerio municipal, se percató de que llevaban un difunto envuelto en una sábana para enterrarlo, en vista de que los deudos no tenían como financiarle una urna. Impactado con aquel escenario, decidió agrupar a unas personas para formar una institución que se dedicara a ayudar a los desasistidos, y es allí donde nació la idea de crear los Hijos de la Unión.
“En la sociedad tenemos dos grandes fundadores: Mejías López y Temístocles León, que era un comerciante muy conocido para la época en Los Teques, por ser además presidente ad honórem del Concejo Municipal, al cual le entregan la presidencia del recién creado instituto, que el pasado 11 de julio cumplió 113 años de fundación al servicio de la comunidad”.
En 1970 tomó las riendas Francisco Aponte, quien se mantuvo vitalicio hasta que entregó el cargo por vez primera a una mujer, Milagros Bandes. “En los tiempos de antes la sociedad era muy machista y los altos puestos eran ocupados solo por hombres, eso se mantuvo así por muchísimo tiempo hasta que Aponte confió en mi capacidad de trabajo, y al considerar que yo estaba lista para asumir, no se equivocó”.
Marcando diferencias
“Yo entré como secretaria de actas y correspondencias. Para pertenecer por completo a la Sociedad Hijos de la Unión tuve que esperar un año porque no aceptaban menores de edad; en 1990 pasé a ser tesorera hasta que asumí la presidencia en 2012, la cual aún mantengo gracias a Dios y a la excelente labor de todo mi equipo”.
Agregó que es una tarea dura ser mujer presidente, porque desde su condición femenina busca abarcar todo con la mayor perfección posible. Haber roto los esquemas respecto a esa premisa fue un boom para los que conocían de la tradición. Tras 109 años de presidir solo los caballeros, una dama lo logró y encima repitió la hazaña dos veces.
Bandes rememoró el tiempo en que llegó a la Sociedad, y aseguró que aunque entró con miras a trabajar, se fue enamorando poco a poco de la labor que allí cumplen. En aquel tiempo visitaban muchas comunidades y repartían comida, enseres y cualquier ayuda que pudieran dispensar a los más necesitados; al tiempo que entregaban becas estudiantiles, asistencia social, entre otras obras.
“Después de ver y vivir todo ese maravilloso trabajo, no pude ni quise desprenderme de ello. Así como yo existen muchos socios que llegaron por casualidad o hasta por curiosidad y terminaron envueltos por la satisfacción de servir a los demás desde la posición de cada uno, sean médicos, abogados, contadores o incluso amas de casa”.
Proyecciones definidas
Aunque ejecutar obras sociales se ha convertido en una labor cuesta arriba y los Hijos de la Unión no escapa de esa realidad, Milagros asegura que trabajan incansablemente para no cesar ni por un segundo en su misión.
“La beneficencia se ha hecho muy difícil, los socios hacemos nuestros aportes para paliar la situación porque hay mucha gente que nos necesita y eso es satisfactorio, el poder ayudar es lo mejor de este mundo cuando se le pone corazón”.
A su juicio, el lema de la institución es “Lo que hace tu mano derecha que no lo sepa la izquierda”, pues no les gusta hacer alarde de sus trabajos, y consideran que mientras más bajo perfil mantengan mucho mejor para ellos.
Explicó que en su gestión, entre otras cosas, ha incluido más allá de las obras sociales, una gran variedad de actividades culturales y deportivas, así como de salud para las mascotas, con miras a ampliar su horizonte y alcance./Maribel Sánchez/ac/Foto: William Sánchez/