Estos cursos han tenido buena aceptación social
YAIRELIS ARRIECHE
Según la Real Academia Española, para el hinduismo y el budismo un mandala es “un dibujo complejo, generalmente circular, que representa las fuerzas que regulan el universo y que sirve como apoyo de la meditación”.
A pesar de que esta es una tradición de los países orientales, se ha ido expandiendo por la gran cantidad de personas de estas naciones que se encuentran a lo largo del mundo.
Carlina Barrios, docente del Ministerio de la Cultura, comenzó hace poco tiempo a implementar esta actividad en sus labores diarias, y posteriormente decidió exteriorizarla para instruir a quienes estén interesados. En esta oportunidad la sede fue la Sociedad Bolivariana de Los Teques.
“A través de las mandalas hacemos la materialización de deseos porque no es más que la creación de la semilla de la vida, que es una de las figuras geométricas sagradas”, explicó.
Aseveró que “esta es una figura creativa que nos ayuda a crear nuevas redes de información en cuanto a los colores que escogemos para pintarlos o el diseño que se va a hacer”.
“Esto nos ayuda con la inteligencia, la sabiduría, y muchas cosas maravillosas. Lo primordial es aprender un poco de diseño y concentrar en esa hoja nuestros proyectos”, agregó.
Olga Milián de Suárez, presidenta de la Sociedad Bolivariana, indicó que “a nosotros nos nutre tener este tipo de actividades, porque no queremos enfocarnos únicamente en la parte histórica sino que queremos apoyar todas estas iniciativas culturales”.
“El aprendizaje del sentido de los mandalas es importante, porque no es un simple dibujo, sino que tiene un fin filosófico, sirve para la relajación, iniciativa y creatividad, además de ser una oportunidad de esparcimiento en este mundo tan convulsionado”, dijo. Fotografía: Yuliettsha Molina