Maltratos físicos y psicológicos hacen parte del día a día de los perros que deambulan por las calles de la ciudad y comunidades. Ellos, que muchas veces suelen toparse con ángeles que los protegen, también enfrentan situaciones traumáticas ante el rechazo, gritos y golpes que protagonizan periódicamente.

El tema sale al ruedo tras el caso del perro “comegente” que hace vida en la urbanización Vista Hermosa, en Lagunetica; sobre el cual se pronunció el educador canino Manuel Abreu, con quien Avance estableció contacto telefónico.

“No se trata de que el perro sea bueno o malo, ni que tenga instinto de presa (haciendo alusión a que el animal ataque para alimentarse); es más bien la posible reacción involuntaria de una patología que pudiera estar experimentando el perro. También pudiéramos pensar en un episodio traumático que vivió y lo marcó, hay que tener muy presente que los perros de la calle enfrentan muchos miedos”, expresó el especialista.

El diagnóstico del “comegente” se derivará de una consulta en la que algún experto como el doctor Abreu, pudiera considerar si está presentando un cuadro de agresividad idiopática, porque procede de un origen desconocido.

“Es probable que el contacto de la piel humana lo traslade a un episodio doloroso y genere su reacción violenta. Sin embargo, se le debe realizar una evaluación que posiblemente conduzca a una terapia que incluye contacto físico y de señales, a través de elementos visuales y sonoros”, explicó.

Para este tipo de tratamiento es oportuno que algún vecino de la comunidad esté al frente del seguimiento completo, para que rinda los efectos que corresponde. Avance conoció que las sesiones y consultas cuestan $80.