Considera que toda persona es capaz de crear
Apasionado, perseverante y perfeccionista. Así se define Alberto Salinas, un artista integral que ha desarrollado buena parte de su carrera en la ciudad de Caracas; sin embargo, haber llegado a Los Teques lo ha llevado a un renacer de su carrera.
“Estoy retomando el trabajo artístico tanto con la pintura como la escultura de gran formato, escogiendo como temática nuestras raíces indígenas y afrodescendientes, inspirado en la memoria histórica de los Altos Mirandinos”.
Ha dedicado buena parte de su vida al ejercicio creativo. Tras 40 años dedicado al quehacer cultural, está convencido de que nació con esa vena. “Desde que tengo memoria siento inclinación hacia el arte, lo supe como por intuición porque más allá de que me gustaba, yo sabía que tenía habilidades para ello y con el tiempo las fui desarrollando”.
Relató que en el liceo siempre hacía parte de los encargados de armar las carteleras alusivas a cada fecha emblemática; al obtener su título como bachiller, sintió la inquietud de estudiar para ello. En ese entonces tenía como opciones la UCV y el Pedagógico de Caracas, pero él quería ser ejecutante, no crítico ni docente, así que incursionó en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, de donde egresó como especialista en Arte Puro.
“Las mejores clases a mi juicio no fueron las que recibí en aula, sino en el cafetín del lugar, allí todos los alumnos regulares nos reuníamos y conversábamos libremente con los profesores y el proceso era mucho más enriquecedor”.
Su primera exposición como estudiante fue en la Galería Espiral de la escuela. Más adelante, presentó sus trabajos en la Galería de Arte Contemporáneo de Petare y luego, a principios de los 90, realizó una exhibición en Cúa como homenaje a Cristóbal Rojas.
Trascendiendo lo convencional
“Para ese entonces estaba investigando sobre el uso de los cinco sentidos en la comunicación de los seres humanos, sentía que la sola expresión en el espacio bidimensional era insuficiente, necesitaba explorar con técnicas mixtas. Por eso recurrí a la instalación tratando de generar reacciones en el espectador, y que con ello experimentaran todos sus sentidos sobre el hecho comunicacional”.
Explicó que las obras que realizaba no eran solo para ser contempladas, sino para explorar, tal como lo evidenció en la exposición denominada De lo pictórico a lo cibernético; donde logró adentrar a los espectadores en otros espacios, más allá de lo visual. “En las exposiciones de instalación lo más importante es involucrar al público, sumergirlos en tu mundo”.
Arte en todas partes
En los años 80, Salinas tuvo la grata experiencia de acompañar a Ángel Martínez, mejor conocido como “El Lobo”, quien fuera uno de los mayores exponentes del grafiti en Venezuela.
“Él llenó a Caracas de grafitis, muchas de sus creaciones circunstanciales andaban por la ciudad. Era un tiempo en el que este tipo de manifestación causaba mucho más ruido que ahora, fue un boom y yo hice lo propio junto a él, con la intención de transmitir nuestro mensaje artístico más allá de un lienzo. No solo pintábamos murales, sino que empapelabamos autobuses y con ello el arte recorría la ciudad”.
En la búsqueda de explorar otros territorios, decidió desarrollarse como facilitador en algunas comunidades, donde transmitía que un mural era el medio para generar cambios partiendo de la discusión de temáticas que escogían los participantes.
“Eso se sistematizaba y las iconografías que generaba la discusión eran las imágenes que se plasmaban en el mural, generando un sentido de pertenencia sobre él. Posterior a eso me dediqué a la docencia dictando talleres de dibujo y pintura, así como de diseño gráfico tradicional, aplicado y computarizado”.
Nuevos retos
“Estoy explorando algo en lo que no me había adentrado con suficiente profundidad, me refiero a trabajar de lleno con esculturas, un elemento de expresión que recapturó mi atención cuando llegué a los Altos Mirandinos. La temática que plasmo en ellas está basada en las raíces indígenas de esta noble población que fue del dominio del Cacique Guaicaipuro”.
Explicó que cuando se mudó a Pozo de Rosas se encontró con que su vecino, Freddy Rojas, era también artista plástico. Así que juntos fusionaron sus talentos y habilitaron un taller destinado a crear en función de los conocimientos de cada uno.
Más adelante hicieron de ese espacio La Casa de la Tertulia del Arte, donde el encuentro de varios cultores para compartir experiencias y conocimientos está a la orden del día. “De allí surgen ideas muy interesantes, no solo nos reúnimos artistas plásticos, sino también músicos y demás cultores”.
Allí mismo instauraron una galería, que anteriormente era una casilla telefónica y que trasladaron hasta ese espacio para transformarla en una especie de museo donde exhiben las muestras. “Ahorita está en proceso de remodelación, pero la intención es que la comunidad pueda apreciar esos trabajos, así como deleitarse con performances que preparamos junto a otros artistas para recrear cada exposición”.
Pasos ejemplares
El núcleo familiar de este brillante hombre mantiene la premisa de la responsabilidad compartida. Junto a su esposa Belkys Riera, con quien lleva 36 años de matrimonio, ha sacado adelante a sus dos hijos; uno de ellos heredó la vena artística de Salinas y acaba de graduarse en la Cristóbal Rojas, a la par que se desenvuelve en la música.
Mientras que la hija mayor, quien es trabajadora social y docente, se ha desenvuelto también en teatro. Por su parte, la señora Riera es una ilustre artesana que elabora a través del tejido maravillosas creaciones. “Nosotros somos de los que nos colaboramos unos a otros en todas las actividades, tenemos como norte el lema “Todo para todos”, y eso es algo muy bonito que siempre nos une”.
Al solicitarle que transmitiera un mensaje desde su trayectoria, señaló: “Todo ejercicio creativo genera cambios en una sociedad, el arte no está negado a nadie. Toda persona es capaz de crear cosas, de transformar su entorno. Con base en eso creo firmemente en la autodeterminación de un pueblo que puede cambiar sus realidades a través de cualquiera de las herramientas que tenga a la mano”./Maribel Sánchez/ac/