Inflación en los ganglios, la aparición de bultos en la zona el cuello y el ardor son algunos síntomas más comunes que puede tener un paciente al presentar problemas con la tiroides, como dificultades al momento de que el organismo genere las hormonas necesarias para su funcionamiento regular.
Una de sus principales tareas es intervenir en el proceso metabólico por lo que quienes tienen problemas con esta glándula pueden presentar dificultades para aumentar o disminuir de peso de forma común.
“Detectar cuando un paciente tiene problemas con su tiroides es de suma importancia, dado que esto afecta distintas áreas del cuerpo, provocando diversos síntomas que pueden confundirse con alguna enfermedad, cuan es en realidad una condición con la que muchos deben vivir, pero con un estilo mucho más sano”, Explicó Bárbara Rosales, internista.
Agregó que es pertinente que se realicen análisis sanguíneos en caso de sospechar que exista algún problema asociado a la tiroides, ya que, además de tener un papel protagónico en cuanto al procesamiento de las calorías y controla la regularidad y ritmo con el que deben realizarse ciertas funciones. /DB/ct