“Los animales usados como mascotas han formado parte de la vida de las personas desde la antigüedad, sin embargo, hace un tiempo se ha ido estudiando el impacto que aporta su compañía al bienestar emocional”.
Especialistas en el área de la salud, han incorporado su presencia en intervenciones y tratamientos psicológicos, fisioterapéuticos, de terapia ocupacional o a nivel geriátrico, así como en roles de apoyo a personas con diversas discapacidades o trastornos de salud mental.
La psicóloga María Mercedes Armas, explica que en el área de salud mental se ha utilizado este recurso con mayor frecuencia. “Como su nombre lo indica, son animales de apoyo o soporte, su presencia no sustituye la terapia psicológica o cualquier otro tipo de tratamiento”.
“Algo muy importante a destacar es la reciprocidad entre la mascota con su dueño, ya que ellos dependen de los cuidados que reciben, lo cual justamente es lo que genera el maravilloso efecto de mejorar la salud mental y emocional de las personas”.
@psico.mm.armas comenta; “En Estados Unidos surgió la clasificación de “animales de apoyo emocional”, para aquellos que ofrecen beneficios terapéuticos a sus dueños a través del afecto y el compañerismo, se les considera necesarios para proteger la salud mental y psicológica del dueño”.
El uso de animales de apoyo emocional se ha extendido para pacientes con problemas de ansiedad, estrés postraumático, trastorno de pánico o depresión, entre otros.