22/08/15.- Stephania Andrade, hija única, abogada y de buena familia, no tuvo más remedio que solo contar durante su infancia con Inés, una trabajadora que contrataron sus padres cuando ella nació y que se mantuvo en la familia hasta poco antes que ella saliera de la universidad.
Debido a que no tenía mucho contacto con su progenitores, primos, tíos y amigos, esta joven comenzó a inventar casos ganados en tribunales a los que ella nunca había ido, para ganarse el cariño y el aprecio de sus compañeros del bufete. Siempre en sus historias se describía como una profesional capaz y eficiente, para quien le creía, toda una promesa del derecho venezolano.
Las mentiras al principio eran pequeñas, luego comenzaron a crecer y a ser más consecutivas, hasta que su jefe, confiando en la experiencia laboral que ella había afirmado tener, le asignó un caso de una herencia familiar.
Todos sus engaños se vinieron abajo cuando la muchacha no llegó a los tribunales y su jefe descubrió, por medio de terceros, que estaba perdida por la ciudad preguntando en cada esquina dónde quedaban los tribunales en los que supuestamente había ganado más de cinco casos.
En ocasiones decir la verdad puede colocar a un individuo en una situación incómoda, por eso todas las personas han llegado a decir una mentira blanca o piadosa en algún momento de su vida; sin embargo, cuando estas son cada vez más frecuentes, podría tratarse de una patología, la mitomanía.
El psiquiatra Francisco Verde, miembro de la directiva de la Asociación Venezolana de Psiquiatría, la definió como una tendencia que tiene un sujeto a decir mentiras y fabular.
Explicó que este tipo de engaños son duraderos y permanentes. “No son piadosos o blancos, hay que diferenciar aquellos que son para salir de un compromiso de otros que se repiten constantemente”.
Indicó que el hábito de no decir la verdad es compulsivo y el sujeto tiene tendencia a inventar cosas, incluso de forma inconsciente.
Puntualizó que quienes padecen esta patología pueden inventar acontecimientos muy dudosos y la gente se da cuenta a la larga de que estos han estado engañándolos. A la par, detalló que lo dicho por el paciente se basa en un hecho real, pero este lo modifica de alguna manera.
Asimismo, expuso que una de las características del mitómano es que no obtiene ningún beneficio mayor por lo que hace, quizás solo gratificación al obtener la admiración y aceptación de los que están a su alrededor, pero cuando sus amigos, familiares y conocidos advierten que no es honesto, comienzan a rechazarlo.
“Siempre se generan problemas con las personas de su entorno porque el sujeto miente reiteradamente y estas pierden la confianza en él, porque dejan de creerle”.
¿Qué la origina?
Verde manifestó que aún no se sabe con exactitud las razones por las que unas personas pueden ser mitómanas; no obstante, resaltó que algunos estudios han determinado que puede tratarse de un factor genético.
Agregó que también puede ser producto de un empeño condicionado. “Por ejemplo, cuando a un niño le celebran las mentiras y siente que lo admiran por lo que está diciendo, cree que hacer eso está bien”.
Del mismo modo, enfatizó que en el ámbito laboral puede suceder lo mismo y que en este el mitómano busca ser aceptado y quizás dar la impresión de que es un ser capaz.
“Generalmente, la gente se da cuenta con el tiempo de que el individuo miente mucho; los primeros que lo notan son los familiares, que son los más cercanos a él”.
Igualmente, afirmó que esta patología también puede ser indicio de otras enfermedades, como trastornos de personalidad. “Existe el mitómano y la mentira como rasgo de otra patología, tal es el caso de un psicópata o un esquizofrénico”.
Recordó que hay otros síndromes relacionados con los engaños, como el de Munchausen, que es cuando la persona se hace la enferma para obtener atención.
También dijo que este síndrome tiene otra variación, Munchausen Corpodel, en el que las madres o cuidadoras dicen que los niños están enfermos y cuando los examina el especialista se determina que no tienen nada.
“Es importante que también haya una diferenciación entre la mentira que dice el psicópata, que también engaña, pero lo hace de una manera premeditada y su finalidad sí es obtener un beneficio” .
No se deje engañar
El lenguaje corporal y las reacciones pueden ser grandes aliados para determinar si un individuo está mintiendo. Si usted toma en cuenta estos tips, probablemente podrá notar cuándo alguien no es honesto.
- Cuando se le hace una pregunta concreta y sencilla, y este la repite completa o parcialmente, puede que lo haga para tener un poco más de tiempo para pensar.
2- Usualmente la persona completa las preguntas que el interlocutor le hace. “¿Mandaste arreglar el carro?” y el mentiroso responde: “Claro, yo mandé arreglar el carro”.
3- Evitan hablar de frente, normalmente no ven a su interlocutor a la cara y si deben sentarse junto a este, se ponen de medio lado.
4- Quien miente no usa todas las expresiones de su rostro.
5- Las respuestas son adornadas, dan detalles que no se les piden, esto sucede porque normalmente son ensayadas.
6- Se tardan varios segundos al responder.
7- Bajan la voz y tragan saliva constantemente.
8- Pueden distraerse haciendo una cosa mientras se le interpela directamente.
9- Puede permanecer callada por unas décimas de segundo luego que es enfrentada.
10- Se mantiene a la defensiva y sus gestos son tensos.
Por:Skarlet Nieto/ Foto:Daniel Linares