La tarde de este miércoles se produjo un enfrentamiento en el sector Los Guayabitos de los Valles Tuy, estado Miranda, entre funcionarios del Cicpc y tres hampones que en medio del ataque se enconcharon en una vivienda y secuestraron a una familia.

Reporte policial informa que los delincuentes abatidos, al parecer, eran de la banda de “Carlos Capa” y tenían como rehenes a tres integrantes de una familia.

Reseñó el periodista Román Camacho que “luego de varias horas de negociaciones y de sentirse acorralados por los organismos de seguridad, los antisociales, abrieron fuego en contra de las comisiones de Polimiranda, Cicpc y GNB que se encontraban en el sitio”.

En el hecho resultaron muertos los 3 rehenes, entre ellos una mujer, un adolescente de 15 años y una niña de 6 años, además del funcionario del Cicpc Abraham Pérez. Otro funcionario del Cicpc resultó herido.

“Toma de Rehenes”

Jorge Duarte, abogado penalista, está finalizando su tesis en una Maestría en Derecho Penal y Criminología declaró al Diario Avance que en la toma de rehenes se deben considerar dos puntos: protocolos policiales y la situación del rehén.

Sostuvo que “por regla general el delincuente que pretende cubrir su fuga escudándose en rehenes es un individuo que está al borde de la desesperación; teme en demasía asumir las responsabilidades penales emergentes de los hechos que ha cometido, y con esto agrava su situación, añadiendo a la figura delictiva la privación ilegítima de libertad de uno o más inocentes, lo que suele ir acompañado por lesiones que se ocasionan a las víctimas como consecuencia de la violencia ejercida para retenerlas”

Destacó que “es importante considerar los aspectos de las zonas urbanas no estructuradas adecuadamente, lo cual permite que el flagelo de la inseguridad se convierta en problemática”.

Resaltó que desde el punto de vista policial, “estos hechos tienen características especiales y sumamente complejas. La existencia de una o más víctimas que involuntariamente se encuentran de lado de los delincuentes limita en gran medida las posibilidades del procedimiento”.

En otro sentido “es importante reconocer si los supuestos rehenes lo son en realidad o son cómplices de los delincuentes. Por consiguiente es fundamental identificarlos e incluso, siempre que sus condiciones psicofísicas lo permitan, hacerles de inmediato las declaraciones que permitan no solamente ubicarlos dentro del suceso, sino también que se desempeñen como testigos en las actuaciones”.

Explicó que “si usted es tomado como rehén y los cuerpos policiales realizan los protocolos respectivos, se recomienda, arrojarse al suelo, no se mueva hasta que el personal policial lo autorice, no permita que el pánico se convierta en su peor enemigo, deje que el personal a cargo restablezca el orden, obedezca las órdenes que se le impartan”.

Detalló que “es posible que se produzca el post-trauma del rehén el cual puede manifestarse en los días subsiguientes a la situación: insomnio y pesadillas, pérdida de apetito, temperamento con reacciones imprevisibles, sensación de un sentido de separación y alineación, motivación disminuida. pérdida de autoestima por la humillación recibida.

Finalmente dijo que “si estos síntomas persisten es recomendable la realización de terapia profesional del grupo familiar”./CT