La Arquidiócesis de Caracas notificó este jueves el fallecimiento del cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo emérito de la ciudad capital, quien desde el pasado 12 de septiembre ingresó a la unidad de cuidados intensivos de la Policlínica Metropolitana con un cuadro de covid-19.
El propio cardenal Baltazar Porras, arzobispo Metropolitano de Mérida y administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, divulgó en un video la noticia de que Urosa “ha entregado su espíritu al Señor. Pido a todos una oración por su eterno descanso que enluta a la Iglesia venezolana y a la Iglesia universal”.
“Chávez me veía como un adversario político”, fue una de las frases con las que el cardenal Jorge Urosa Savino describió su paso por el arzobispado de Caracas, una etapa convulsa en las relaciones entre el gobierno y la jerarquía católica.
Enfrentó durante años los abusos del gobierno y expresó siempre su compromiso con el país. “Seguiré luchando por la defensa de los derechos del pueblo venezolano”, dijo el día en que se hizo oficial su jubilación.
Fue ordenado sacerdote al cumplir 24 años de edad en 1967, tras lo cual partió a tierras extranjeras para especializarse en Teología en el Seminario San Agustín de Toronto, Canadá, y en 1971 se doctoró el teología dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
A su regreso a Caracas, fue nombrado vicerrector del Seminario San José de El Hatillo durante dos períodos, y luego en rector del Seminario Interdiocesano de Caracas.
El 13 de diciembre de 2004, luego de más de un año de sede vacante tras la muerte del cardenal Ignacio Velazco, Juan Pablo II designa a Urosa Savino como arzobispo de Caracas, título que fue ratificado por Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2005.
Un año después, el Papa lo reviste como cardenal presbítero y quinto purpurado de Venezuela en el consistorio del 24 de marzo de 2006, pasando a ser miembro del Pontificio Consejo Justicia y Paz y de la Pontificia Comisión para América Latina en la Curia Romana.
El 28 de agosto de 2017, al cumplir los 75 años de edad, Urosa presentó su renuncia, como lo establece el Código de Derecho Canónico, renuncia fue aceptada un año después, cuando el Vaticano designa al Cardenal Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida, como Administrador Apostólico de la Diócesis de Caracas, pasando Urosa a tener el rango de Cardenal Emérito y aun partícipe de un cónclave para elegir a un nuevo Papa.