“Me disculpo sinceramente por todo lo que he hecho”, fueron las palabras de Niels Högel luego de que fuese condenado a cadena perpetua por la muerte de 85 pacientes.
Al final de su juicio, Högel reiteró sus disculpas y agregó que se sentía “terrible” por los actos que había cometido con los cuales había causado dolor y sufrimiento a las personas.
Niels Högel tuvo una infancia libre de violencia en Wilhelmshaven, un pequeño pueblo costero al norte de Alemania, donde creció junto a su hermana y su padre, quien también era enfermero.
Högel decidió seguir sus pasos y se convirtió en enfermero a los 19 años.
Entre 1999 y 2002 trabajó en el hospital de Oldenburgo donde se le acusa de haber provocado la muerte por sobredosis de decenas de pacientes. Luego, en el 2003 formó parte del equipo de enfermeros del hospital Delmenhorst, donde acabó con la vida de al menos 90 personas.

El enfermero inyectaba a los pacientes a su cargo con medicamentos para el corazón que les provocaban paros cardiacos a las víctimas y así poder reanimarlos, porque según informó Högel “era la única forma de poder integrarse en el equipo”.
Aunque en uno de los juicios, Högel admitió que el proceso de selección de sus víctimas era al azar, sus compañeros notaron las frecuentes muertes de los pacientes entre 34 y 96 años, bajo el cuidado del enfermero.
Una de sus compañeras puso fin a sus acciones cuando lo descubrió inyectándole medicamentos cardiacos a un paciente que no los requería.

Por su comportamiento obsesivo, los expertos psiquiátricos aseguraron que Högel sufría un “profundo problema de narcisismo”, además de problemas de estrés por su oficio y que había pasado por una ruptura “traumática”.
De acuerdo a información del diario La Vanguardia, el enfermero fue condenado en el 2015 por dos asesinatos y dos intentos de asesinato, cuando fue llamado a juicio nuevamente después de haber alardeado con los demás reos sobre ser responsable de la muerte de decenas de pacientes.
Durante su primer juicio, Niels Högel admitió haber sido responsable de la muerte de 90 personas durante su tiempo en el hospital de Delmenhorst.

Högel fue juzgado en Oldenburg por 100 cargos de asesinato, pero el tribunal lo declaró inocente de 15 cargos por falta de evidencia, y durante los siete meses que duró el juicio, admitió haber acabado con la vida de 43 personas, menos cinco pacientes y expresó que no podía recordar a otros 52, según información del mismo diario.
A pesar de las diferencias del sistema judicial alemán, en donde las condenas no se miden de forma consecutiva, el tribunal tomó la decisión de que Neils Högel permaneciera en prisión luego de que su sentencia de 15 años se cumpliera, debido a la gravedad de sus crímenes.
“Este oficio no estaba hecho para mí. Tendría que haberlo reconocido”, fue una de las declaraciones de Högel durante su juicio.
El enfermero fue condenado a cadena perpetua por la muerte de 85 personas convirtiéndose así en el asesino serial más grande de la historia alemana desde la segunda guerra mundial.