Periodismo de Soluciones

“No olvido mis raíces, por eso trabajo por la gente humilde”

ana-melchor

Publicidad

Picture of Por:
Por:

Periodistas de Avance

Comparte esta noticia

Ana Melchor impulsa el trabajo desde las comunidades

 Humildad, solidaridad y trabajo son las palabras idóneas para definir a Ana Isabel Melchor, una carismática mujer nacida en Carúpano, pero que según sus propias palabras quiere al municipio Los Salias como a su tierra natal. “San Antonio es mi casa, este pueblo es muy importante para mi”.

Por más de 30 años se ha dedicado a trabajar por la comunidad. “Vengo de una familia muy sencilla, soy la mayor de siete hermanos, crecí en el barrio El Peñón, un sector con muchas carencias, lo que me motivó desde los 16 años de edad a trabajar en pro de mi sector, me gustaba codearme siempre de gente mayor con los que aprendía muchísimo”.

Relató que su madre Teodora Melchor, su padrastro Pablo Brito y su abuela Balbina Melchor fueron las personas más importantes de su vida, durante la infancia y juventud. “Quise inmensamente a mi abuela materna, cuando falleció yo tenía 22 años y me pegó mucho su partida, ella era conmigo clase aparte, hoy que soy abuela entiendo el vínculo tan grande que eso implica”.

Actualmente y desde hace tres años es Concejal del municipio Los Salias, preside la comisión de Servicios Públicos y trabaja arduamente en el comité anti invasión de esa jurisdicción. Refirió que escasamente alcanzó el tercer año de bachillerato y que ha sido la universidad de la vida quien le ha enseñado todo lo que sabe y promueve.

“Practico la política pero no me gusta la politiquería, aunque muchos crean que es lo mismo, resulta que son dos cosas muy distintas. Pienso que es importante ser humilde siempre, el día que no lo sea dejaré de ser yo; no olvido mis raíces por eso trabajo por la gente desasistida, ojala tuviera poder para ayudar más”.

Proactiva al 100%

Contrajo matrimonio con tan solo 18 años de edad, que dio como resultado a sus 7 retoños Claudia, Dayana, Pablo, Johanna, Gabriel, Anaís y Carlos; quienes la han hecho abuela de sus 10 tesoros. “Una vez que me casé me mudé para los Jardines del Valle y dos años más tarde al sector de Figueroa, donde actualmente resido desde hace 43 años”.

Explicó que a pesar de haber procreado una familia numerosa, nunca perdió las ganas de trabajar, contaba con la ayuda de una hermana para criar a sus cuatro primeros hijos. “Yo inicié con las comunidades educativas y después de allí me integré a una asociación de vecinos, donde estuve como por 15 años consecutivos luchando por el bienestar de mi gente”.

Desde allí fueron varios los logros que se apuntó, por ejemplo en 1993 consiguió junto a su equipo de trabajo la ampliación del ambulatorio de Figueroa y una biblioteca para el sector; mientras que en 1996 consiguió la instalación de tuberías de aguas blancas; proyectos de envergadura que la han hecho merecedora del cariño y respeto de la gente.

Ana detalló que trabajó con muchos de los alcaldes que han pasado por Los Salias, y que lo hizo ad honorem, “nunca le pedí trabajo a ninguno de ellos, mi verdadera satisfacción radicaba en las cosas buenas que conseguía para ayudar a la gente, por venir de un sector muy humilde y ver a cada familia necesitada reflejada en lo que yo viví fue que me avoqué a trabajar por las comunidades”.

Perseverancia y Fe

Y es que a Melchor se le reconoce desde hace varios años por la forma en que ha calado en el sentir de los salienses, considera que la clave de su éxito ha sido trabajar con el corazón y creer en sí misma. “Me gustaría dar más, soy una funcionaria de a pie, no soy mujer de escritorio; prefiero estar en el meollo del asunto y eso lo logro confiando en mis capacidades”.

Entre las satisfacciones que ha cosechado desde su trabajo social destaca el hecho de ver materializados los proyectos que ha emprendido, “cuando veo el alumbrado público que conseguí 100% operativo, cuando paso por la biblioteca o veo el ambulatorio siento un fresquito sabroso, lo disfruto enormemente”.

A su juicio, las cosas se consiguen a través de la perseverancia, “si uno no pelea por lo que quiere te engavetan los proyectos y pasan al olvido, me considero una mujer de carácter fuerte y eso me ha servido para restearme ante estas situaciones; yo aconsejo siempre a la gente que pidan, luchen y persistan porque sino no consiguen nada”.

Instó a todos lo venezolanos a seguir guapeando ante cualquier adversidad. “Somos gente buena y trabajadora, no perdamos la fe porque este país es grande y maravilloso. Aforrémonos siempre a Dios, la oración es nuestra mejor herramienta”.

Sacrificios necesarios

Con una mirada nostálgica y la voz entrecortada nos contó que cinco de sus hijos viven actualmente en México. “Nos vemos de vez en cuando, yo me separé hace siete años de mi esposo y me acostumbré a estar solita, los otros hijos que me quedaron acá hicieron sus vidas y yo me dedico de lleno a trabajar para solapar ese vacío”.

Manifestó que los momentos en que más le pega la soledad son los días domingo, “mi mano derecha en el hogar es la negra Reyes, quien me colabora en los quehaceres, cuida de mi casa y mi perrito cuando viajo en vacaciones a ver a mis hijos. Yo pienso mucho en ellos y a veces me provoca irme a su lado pero mi compromiso con el país es muy grande, sin embargo yo me veo en un futuro no muy lejano viviendo junto a ellos y mis nietos”.

Refirió que su mayor sueño era convertirse en concejal, porque desde esa posición tendría más oportunidad de ayudar a los demás. “Eso se me dio justo después que me quedé solita, yo le preguntaba a Dios el porqué pero después comprendí que él sabe lo que hace y que su tiempo es perfecto. Yo habría querido alcanzar esa meta con la familia a mi lado, pero no se pudo”. Maribel Sànchez.

Noticias relacionadas