La mujer, de quien sólo se dio a conocer su primer nombre, Lindsey, había nacido con una condición conocida como factor de infertilidad uterina, lo que significa que no es posible ubicar el útero o éste no funciona correctamente, haciendo imposible el embarazo.Este trastorno afecta a entre el tres y cinco por ciento de las mujeres en todo el mundo, y cerca de 50.000 mujeres en Estados Unidos. En el caso de Lindsey, dijo que fue informada cuando tenía 16 años que no iba a poder tener hijos.
“Y a partir de ese momento recé para que Dios me diera la oportunidad de experimentar el embarazo y aquí estamos hoy en el inicio de ese viaje”, dijo la mujer en una conferencia de prensa.
El 26 de febrero la mujer recibió un útero de una donante de unos 30 años que había dado a luz previamente y que murió en forma repentina, informaron los médicos de la Clínica de Cleveland en Ohio (noreste). La cirugía demoró nueve horas.
Lindsey, que se reunió con la prensa diez días después de la operación y habló desde una silla de ruedas, expresó una “inmensa gratitud hacia la familia de la donante”. “Ellos me han dado un regalo que nunca seré capaz de pagar y les estoy agradecida inmensamente”.
Regalo inmenso
La mujer agregó que su familia quería “ser abierta y honesta y compartir (su) historia”, pero también pidió respeto a su privacidad debido a los tres niños adoptados que está criando junto con su marido.
“Soy madre ya de tres niños pequeños hermosos que Blake y yo hemos adoptado a través del sistema de cuidado de crianza. Es debido a eso que les pediría a todos ustedes, por favor, que respeten nuestra privacidad”. Si bien la operación fue la primera de su tipo que se realiza en Estados Unidos, la técnica ya había sido probada en Suecia.
Hasta finales de 2014, ya se habían realizado nueve cirugías de trasplante de útero en Suecia, que han dado como resultado cinco embarazos y cuatro nacimientos, explicó la Clínica de Cleveland. En Estados Unidos, Lindsey era una de las diez mujeres que esperaban recibir el trasplante uterino para luego tener la posibilidad de esperar un bebé.
Pero el camino es largo. Lindsey tendrá que tomar medicamentos para prevenir que el resto de su cuerpo rechace el útero por lo menos durante un año, antes que los médicos puedan considerar la posibilidad de implantarle un embrión.
Este período de espera de un año permite a la mujer reducir a dosis más bajas los medicamentos anti-rechazo, de tal manera que pueda seguir consumiéndolos durante el tiempo que queda embarazada.
“Debemos recordar que el trasplante de útero no se trata sólo de una cirugía y no es sólo colocar aquí un útero de allá”, dijo Rebecca Flyckt, una cirujana ginecóloga obstetra de la clínica. El objetivo final es “tener un bebé sano y este objetivo aún tomará un par de años”.
Fuente: AFP